Hay carreras en la historia del motociclismo que marcan un antes y un después. Ayer Dani Pedrosa no ganó en su estreno en MotoGP, pero dio la sensación de que está más que capacitado para luchar por las carreras esta misma temporada. El joven piloto catalán sólo fue superado por un Loris Capirossi que aprovechó su veteranía y el buen estado de su potente Ducati para confirmar todo los buenos resultados cosechados durante el fin de semana. Todo lo contrario que Sete Gibernau, que tiró por la borda la ilusión de la afición española a las primeras de cambio. Menos mal que por allí andaba un pequeño gran piloto que debutaba en la cilindrada reina y estaba dispuesto a aprovecharse del atropello que Valentino Rossi había sufrido en la primera vuelta a manos de un impetuoso Toni Elías.