gran premio de españa de motociclismo

El inicio de una nueva era

Dani Pedrosa debutó en MotoGP con un sobresaliente segundo puesto, únicamente superado por el veterano piloto italiano Loris Capirossi El catalán se vio favorecido por la retirada de Gibernau y la caída de Rossi

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Hay carreras en la historia del motociclismo que marcan un antes y un después. Ayer Dani Pedrosa no ganó en su estreno en MotoGP, pero dio la sensación de que está más que capacitado para luchar por las carreras esta misma temporada. El joven piloto catalán sólo fue superado por un Loris Capirossi que aprovechó su veteranía y el buen estado de su potente Ducati para confirmar todo los buenos resultados cosechados durante el fin de semana. Todo lo contrario que Sete Gibernau, que tiró por la borda la ilusión de la afición española a las primeras de cambio. Menos mal que por allí andaba un pequeño gran piloto que debutaba en la cilindrada reina y estaba dispuesto a aprovecharse del atropello que Valentino Rossi había sufrido en la primera vuelta a manos de un impetuoso Toni Elías.

De haber conseguido la victoria, Daniel Pedrosa se hubiera convertido en el vencedor más joven de una prueba de la clase reina desde la época del estadounidense Freddie Spencer, que luce ese privilegio desde 1982.

Pedrosa fue el único que aguantó el ritmo infernal impuesto por Capirossi, apretándole durante toda la carrera hasta que tuvo que frenar ante el enorme desgaste físico que había acusado y a los problemas con el neumático trasero, que a punto estuvieron de costarle una caída a falta de pocas vueltas.

Rossi no había realizado unos buenos entrenamientos y el warm up tampoco aclaró demasiado su situación, pero en la salida intentó ganar posiciones cuanto antes desde la tercera línea que ocupaba para no perder comba con los hombres de cabeza.

Fracaso de Gibernau

Esta vez su estrella le abandonó y acabó por los suelos, si bien pudo continuar para terminar en una inusual decimocuarta plaza -la peor posición de su carrera-. Sin embargo, esos dos puntos ofrecen una lectura doblemente positiva para Il Dottore: por un lado demuestra que es un campeón y que nunca da su brazo a torcer; por otro, quizá su acuerde a final de temporada del pequeño botín cosechado ayer en Jerez.

En el caso de Sete Gibernau fue la mecánica la que le traicionó, pues lo que le falló fue un simple sensor del potenciómetro del cambio de marchas, cuyo valor puede oscilar en torno a los tres euros. Excusas y más excusas las que acumula en su trayectoria para acaba siempre en una misma palabra: el fracaso.

Con Pedrosa a la caza de Capirossi, la emoción se centró en la lucha por el tercer puesto, donde el manresano Toni Elías a punto estuvo de encontrar la recompensa a su enorme ambición. No sólo derrotó a su compañero de box, el italiano Melandri, sino que estuvo a décimas de superar a Hayden y conseguir su primer podio del año. Los consejos de Alex Crivillé ya funcionan.