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El Real Madrid golea con facilidad y sin esforzarse a un mal Deportivo

Ronaldo se reconcilia con el Santiago Bernabéu, que le despidió en pie Los coruñeses realizaron un pésimo partido y ni siquiera dispararon a puerta

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No necesitó demasiado esfuerzo el Real Madrid para humillar a un triste Deportivo en uno de los partidos más cómodos de los blancos. Dado el contundente resultado se podría pensar que el Madrid jugó a un altísimo nivel, y aunque su rendimiento fue notable, goleó porque se encontró con un rival entregado desde el principio que no disparó una sola vez a portería. Todos los tantos fueron a balón parado, excepto el 2-0 de Ronaldo, que en su regreso a la titularidad en casa se reconcilió con el Bernabéu y fue despedido con una merecida ovación, con los aficionados puestos en pie ante el brasileño. A una semana de enfrentarse al Barça, el Madrid volvió a ponerse serio y quiso demostrar al líder que ha experimentado una gran mejoría, pero ante el Deportivo, que no le exigió apenas nada, le bastó con jugar a ráfagas y tener eficacia arriba, aunque con más acierto habrían caído aún más goles.

No tardó el Madrid en aprovecharse de un rival conservador y a la expectativa que sufrió desde el pitido inicial la calidad de los locales, aunque el 1-0 llegase en propia puerta. Ya pudo marcar más tantos el equipo de López Caro en ese periodo en el que brillaron todos los brasileños, salvo Baptista, aunque lograse el 4-0. De una genial conexión Robinho-Roberto Carlos-Ronaldo surgió el segundo tanto y sirvió al goleador para ganarse la primera gran ovación del Bernabéu. Después, Ronaldo puso por primera vez en pie a la afición con una jugada espectacular en la que se llevó por delante a cuatro defensas y sólo le faltó culminar ante Molina.

Los blancos jugaron una buena primera parte, pero también muy plácida, beneficiados por un Deportivo que saltó al campo con miedo y sólo dispuso de una ocasión de gol en 90 minutos.

El segundo gol no hizo sino confirmar la enorme superioridad del Madrid en otro fallo defensivo del equipo de Caparrós, aunque el mérito fue del tacón de Robinho, la velocidad y precisión de Roberto Carlos y el oportunismo del delantero Ronaldo, en el sitio propicio.

Relajación

El Deportivo ni siquiera pudo aprovecharse de la relajación con la que salió el Madrid tras el descanso, dejando la iniciativa al equipo de Caparrós y esperando en su campo. Permitió el Madrid jugar y acercarse al conjunto gallego, pero éste, asustado también cuando se acercaba al área, no se atrevía ni a disparar a puerta. Y al contraataque el Madrid pudo destrozar si no llega a ser por Molina ante otra llegada de Ronaldo, al que le faltó un pelín más de suerte para superar al portero valenciano.

Aunque lo hubiera merecido, el tercero y el cuarto no llegaron en jugada, sino a balón parado, con una jugada ensayada lanzada por Beckham y cabeceada por Sergio Ramos, y después con el libre directo marcado por Baptista. Entre ambos con Raúl ya en el campo, evidenciando de nuevo su baja forma, el juego fue anodino, para olvidar, con el Madrid ejerciendo de dominador, pero sin forzar nunca la máquina.