La Liga comienza a normalizarse. Los grandes que estaban en apuros empiezan a levantar cabeza y a despegarse de la zona caliente. Mucho han tardado pero más vale tarde que nunca. Las victorias de Athletic (que sale del descenso), Espanyol y Betis les alejan de los puestos de decenso, que ya están cubiertos por los equipos de menor presupuesto. El dinero pone a cada cual en su sitio, y por eso el Alavés de Piterman, sempiterno farolillo rojo de este año, lleva dos victorias casi consecutivas que le hacen rozar la permanencia.