El Barcelona recupera la senda del triunfo ante un Mallorca impotente

El Barça reencontró el camino de la victoria al imponerse en un cómodo partido al Mallorca por 0-3. Los azulgrana se pasearon por Son Moix, sobre todo tras la entrada de Messi, y alcanzaron su 14º triunfo consecutivo en la Liga.

Pasado el estruendo de la derrota copera, Rijkaard recuperó la columna vertebral que tenía disponible. Con Valdés, Puyol y Deco, el holandés confiaba retornar a la solvencia habitual. Ese era su principal objetivo. No quería locuras ofensivas, sino devolverle la seriedad a su equipo.

La rebaja de pretensiones azulgrana se acoplaba a la perfección a las necesidades baleares. El Mallorca no iba a arriesgar ni un ápice. Cúper aplicaba los argumentos ya conocidos. La presión de Doni y Farinós sobre Deco debía cortar las vías de oxígeno azulgrana esperando que Okubo resolviera las urgencias en ataque.

El planteamiento inicial se vislumbró a la perfección. El Barça salió a medio gas. Sin forzar la máquina y más preocupado de no cometer errores, los azulgrana crearon tres opciones claras de gol en la primera mitad. Tras la dos primeros errores de Larsson, Deco enhebró una asistencia de lujo bien resuelta por Giuly, habilitado por un despistado Fernando Navarro.

Pese a la ventaja, el Barcelona ofrecía una imagen muy mediocre con un Ronaldinho desaparecido que caía en la trampa de Cortés. El lateral forzaba la amonestación del brasileño, que le impedirá enfrentarse al Atlético de Madrid el próximo domingo.

Messi rompe el choque

El Mallorca ofrecía muy poco. Casi nada. Buena capacidad de lucha y la rapidez de Okubo. Una punta de velocidad que pudo plantarle ante Valdés al inicio de la segunda mitad. Una opción atajada erróneamente por uno de los asistentes de Megía Dávila.

El Barça seguía especulando. El Mallorca desaparecido. Valdés y Moyá contemplaban desde la lejanía un pésimo espectáculo. No había noticias. Una, sí. Rijkaard también pierde a Edmilson frente al Atlético.

Ante la empanada total, quedaba la carta de Messi para animar el cotarro. Tras la expulsión de Tuzzio, el argentino lideró el tramo final decorándolo con un brillante gol con la derecha y un espectacular error a puerta vacía con la zurda. Aún tendría tiempo de subsanar ese fallo con un toque de genialidad al batir de vaselina a Moyá tras una asistencia de Ronaldinho. Un brillante cierre a un mediocre partido.