El submarino se hunde. ¿Será el paso previo a la emersión milagrosa que siempre ilusiona a los cadistas? Puede ser, pero los tiempos cambian una barbaridad. Aquella pandilla de futboleros que vagueaba durante muchos partidos y apretaba los dientes al final no tiene nada que ver con estos. Los de ahora lo dan todo en el campo, no se les puede reprochar la actitud, pero están mucho más limitados técnicamente. Y para colmo se encuentran abatidos y hundidos psicológicamente, faltos de confianza y con muchos de ellos creyendo que esto le queda grande.