El Valencia no pasa del empate y sólo salva un punto contra el Villarreal
La presión de los centrales valencianistas no dejó jugar con facilidad a Riquelme Un magistral lanzamiento de falta de Baraja abrió el marcador en Mestalla
Actualizado: GuardarEl Valencia se alejó, casi de forma definitiva, del título de Liga. Empató contra el Villarreal en un partido que los castellonenses dominaron en la segunda parte gracias a la expulsión de Angulo. Antes, sólo Baraja fue capaz de romper la monotonía en Mestalla. Su magistral lanzamiento de falta, que contó con la mala colocación de Viera, le dio vida a un partido aburrido, lento y sesteo. Hasta ese momento, ni valencianistas ni villarrealenses fueron capaces de animar el encuentro porque estaban más preocupadosen cortar las conexiones Riquleme-Forlán o Aimar-Villa. Ambas defensas lo lograron. No dejaron de atosigar a los organizadores de las operaciones atacantes.
El Valencia mandó lejos a Riquelme. La presión de los centrales, sobre todo del joven Albiol, hizo que el argentino se acercara más al trivote del Villarreal para buscar cobijo que mandar balones a José Mari o Forlán. No estaba cómodo el capitán del submarino amarillo, al igual que su homólogo entre los ché. Aimar tampoco encontraba la manera de romper la malla castellonense. Tirado en el costado izquierdo, no podía hacer nada. No recibía el balón ni su velocidad, que nunca ha sido la de un esprinter, le permitían entrar con asiduidad en el juego de sus equipos.
Pero la cosa iba a cambiar con la expulsión de Miguel Ángel Angulo. El asturiano recibió en 43 minutos dos tarjetas amarillas que desbarajustaron los planos de Quique Sánchez Flores. El entrenador ché tuvo que sacar al portugués Viana para atar el centro del campo y mantener el resultado. Todo lo contrario hizo Pellegrini. Metió otro delantero (el mexicano Franco) y abrió el campo con Calleja.
Entonces, el Villarreal comenzó a jugar. Riquelme, más suelto, tenía más espacios para desplegar su repertorio. Sus compañeros lo agradecieron. Comenzaron a tocar, metiendo poco a poco a los valencianistas en su área. De esta manera, la más bonita, surgió el primer tanto, que culminó Forlán en boca de gol tras pase de Franco. Los hombres de Pellegrini eran los dominadores del partido. En el bando contrario, sólo Villa y Aimar -muy bien los dos durante todo el partido- respondían a la dictadura amarilla, que culminó con el penalti tonto de Marchena que paró Cañizares.