En todo listado de playas que dan empaque a la «marca España» dentro y fuera de nuestras fronteras, nunca adolece un nombre: Islas Cíes y sus Figueiras o Rodas natales como playas naturales de agua fina y blanca, que se asemejan al Caribe más ensoñado y cuyas aguas tampoco tienen que envidiar en nada a aquellas que riegan el centro de las Américas. Rodas es, por su extensión, su calidez y su confort uno de esos arenales donde el bañista no puede irse desencantado. Llegar, tumbarse junto a un reguero de gaviotas, en un terreno protegido de los malos humos humanos y urbanos, es una gozada solo trastornada por las gélidas aguas del Atlántico.
Con el catamarán de vuelta a Vigo, el transeúnte viaja, si lo desea, hasta la masificada Lanzada (en O Grove), donde aire y mar se funden para deleite del windsurfista o escala hacia el norte por la temeraria Costa da Morte. Carnota merece una parada prescriptiva. En el periplo por el litoral gallego a uno no le falta de nada: desde la defensa más enconada del nudismo clásico en Cangas de Morrazo, hasta el chapoteo en un arenal salvaje aderezado de siglos de historia con una joya arqueológica como el Castro de Baroña como acompañante.
Puedes hacer una visita a una isla declarada parque nacional como Melide Isla de Ons, en Bueu, pasando por los óleos del cuadro compuesto en Muros (La Coruña) a base de un cordón dunar de 14 metros de altura que se insinúan desde Área Maior. Aunque, sin resquicio a la duda, si hay una playa icono del magnetismo gallego ésa es la de Las Catedrales, en el lucense Ribadeo. Sus arbotantes, cuevas y delirios de la naturaleza al incorporarse terreno sólido son la singularidad personificada. Una estancia y una vista de ésas que no se olvidan, y que si agregas a un arroz con bogavante de cualquiera de los pequeños pero hospitalarios restaurantes que jalonan el litoral en primera línea de playa entre Ribadeo y Foz, entonces has asegurado la mezcla de mar y tierra perfecta. El remojón, eso sí, solo tiene que ser hasta la cintura, medio cuerpo y para fuera.
Oferta de viaje: Habitación doble, dos noches, hotel de cuatro estrellas en La Coruña, desde 70 euros.