Intentó convertirse en uno de los emblemas turísticos de la ciudad, símbolo de su lujo desbordante, pero la crisis y la burbuja inmobiliaria frenó sus afanes expansivos. Aún así, Palmera Jumeirah es un impresionante conjunto de islas artificiales con forma de palmera compuesta por un tronco, diecisiete ramas y un semicírculo que actúa como rompeolas. El ambicioso proyecto contemplaba rematarse con otras dos palmeras más (Palm Jebel y Palm Deira), aún en el aire. Aún así, es hoy una de las zonas residenciales por antonomasia del país y del mundo, repleto de hoteles, donde destaca el Palm Jumeira o el Atlantis, sede del Aquaventure Water Park, el parque acuático más grande de la región.
La construcción de este hito arquitectónico comenzó en 2001 y se retrasó hasta 2008. En las obras se empleó arena y roca suficientes como para formar un muro de seis metros de altura con el que se podría dar tres vueltas a la Tierra, desplegados aquí en una superficie total de 31 kilómetros cuadrados.
Si uno quiere tomar una instantánea de Palm Jumeirah no le quedará otra que hacerlo desde el aire. Es fácil contratar una de esas excursiones que dan la posibilidad en helicóptero o hidroavión, o saltar en paracaídas para no perderse las vistas. Si no se es demasiado amante del riesgo, lo mejor es tomarse algo desde cualqueira de los bares panorámicos que ofrecen vistas al complejo, como el Sky Bar del Burj al Arab o el Marriott Harbour. La opción será más relajada, pero probablemente no mucho más barata.