Los contactos entre emisarios del Partido Socialista de Euskadi y de ETA celebrados en los últimos meses en Suiza y Noruega asumieron que una decisión de alto el fuego de carácter permanente incluyera también el fin completo de la extorsión contra los empresarios y de las acciones de violencia callejera. Aunque las versiones del último comunicado de la organización terrorista no hacen una mención expresa a este cuestión, las fuentes próximas a estas conversaciones previas valoran esta omisión expresa en comparación con la referencias que aparecieron en el anuncio de tregua indefinida de 1998, en donde ETA advertía que se limitaría a las funciones de «las tareas habituales de suministro, mantenimiento de las estructuras y su derecho de defensa en hipotéticos enfrentamientos».