Por primera vez en el más de medio siglo de historia de la Fórmula 1, el himno de Venezuela sonó en la ceremonia de un podio. Fue en honor a Pastor Maldonado, que consiguió una incontestable victoria sobre Fernando Alonso, devolviendo a Williams a lo más alto por primera vez desde 2004, cuando otro hispano, Juan Pablo Montoya, venció en el Gran Premio de Brasil. Un corredor al que muchos han acusado de ser únicamente un 'pay driver', por llevar consigo a la principal petrolera de su país como patrocinador y principal sustento económico de Williams, dio una lección de pilotaje y control por delante de Fernando Alonso, que rozó la victoria ante la enfervorizada grada de Montmeló.

Alonso tuvo muy cerca llevarse el primer puesto. El español realizó una espléndida salida, que ya casi no sorprende por ser una de sus señas más significativas, y dominó la carrera durante el primer tercio de la prueba. Con Maldonado siempre cerca, Alonso controló la prueba sin demasiados problemas, pero los ingenieros de Williams sorprendieron al adelantar la segunda parada en boxes. El punto de inflexión se produjo ahí, cuando a dos vueltas para que Alonso y Maldonado cumplieran con la prevista parada para cambiar neumáticos, el venezolano entró a boxes. Se la jugó, y desde luego le salió bien. En apenas dos giros, el Williams se escapó más de tres segundos sobre el Ferrari, que a la postre serían fundamentales. Además, a Alonso le tocó bregar con un piloto doblado que, lamentablemente para él, no supo apartarse cuando vio las banderas azules. Charles Pic estorbó a Alonso lo suficiente como para hacerle perder un tiempo valiosísimo, aunque no fue determinante para el resultado final. Eso sí, al de Marussia le impusieron una sanción de 'drive through' por no estorbar al español, aunque finalmente no la cumplió sino que directamente abandonó.

Con Maldonado por delante, Fernando Alonso comenzó a volar sobre la pista para alcanzarle. El asturiano llegó incluso a estar a su misma rueda, y tras la tercera y última parada en boxes, todo apuntaba a que la estrategia de Ferrari había sido la óptima: alargar las paradas implicaría que iban a llegar en mejores condiciones de degradación de gomas a la última parte de la carrera con respecto a Williams, aunque luego Alonso tuviera que jugarse la victoria en pista y no en boxes. Sin embargo, en el equipo inglés les salió todo prácticamente a la perfección. Alonso llegó a ponerse a tiro de DRS con Maldonado, e incluso le enseñó el morro en un par de ocasiones, pero finalmente el rendimiento de las ruedas decayó notablemente justo al final.

De hecho, gracias a la estrategia de Ferrari que otras veces no funcionó como debería, esta vez Alonso pudo aguantar el segundo puesto, ya que Kimi Raikkönen llegó en mejores condiciones al final de la prueba, y de durar un par de vueltas más, el sufrimiento del español habría sido extremo para mantener el segundo puesto. Pese a todo, para Alonso ha sido un gran resultado y, sobre todo, una grandísima sensación de cara a lo que queda de Mundial. El español sale segundo en el Mundial, pero empatado a puntos con Sebastian Vettel, que es primero de la clasificación por los resultados globales de lo que llevamos de temporada.

Precisamente el vigente campeón alemán fue uno de los sancionados en esta carrera. Él y Felipe Massa no respetaron las banderas amarillas, por lo que fueron penalizados con un 'drive through' que, aunque dejó sin opciones de podio al de Red Bull, no supuso una debacle como podría. No así el caso del brasileño de Ferrari, que después de partir 17º y pese a los incidentes por arriba, sólo ha podido finalizar en 15ª plaza. Peor les fue a Michael Schumacher y a Bruno Senna. El brasileño se echó a un lado cuando el 'kaiser' estaba intentando pasarle, y este le embistió por detrás, forzando al abandono a ambos pilotos. El heptacampeón, que mostró su enfado por la situación llamando 'idiota' al de Williams por la acción, fue considerado culpable y los comisarios decidieron castigarle con una sanción de cinco puestos.

El otro equipo peor parado, McLaren, supo minimizar los daños. Después de la exclusión de Hamilton en la clasificación del sábado, el británico acabó octavo, por delante de su compañero Jenson Button. Ambos consiguieron entrar en los puntos en una carrera en la que ambos no optaban a mucho, por lo que pueden sentirse afortunados.

Incendio en Williams

La fiesta en Montmeló acabó con un grave suceso. Se originó un incendio en el box de Williams mientras estaban celebrando la victoria de Maldonado, causando imágenes de pánico y el desalojo inmediato del circuito. Las ambulancias empezaron a llegar de manera inmediata al paddock, pero el susto fue tremendo. Por fortuna, los heridos fueron de carácter leve y solo hubo que lamentar más que daños materiales.

El suceso se produjo por una explosión en uno de los KERS del monoplaza de Senna, que estaba en el box, justo en la zona de atrás, donde se coloca el combustible y diversos líquidos inflamables. La situación se controló enseguida, pero el garaje del equipo campeón acabó destrozado, e incluso el incendio se propagó a los de otros equipos. Algunos mecánicos -cuatro de Williams y uno de Force India- fueron hospitalizados por inhalación de humo y algunas quemaduras leves.

Más allá de este infortunio, en lo puramente deportivo, el Gran Premio de España ha dejado varias imágenes para el recuerdo. Por un lado, el regreso de Williams, con un Pastor Maldonado que se convierte en el quinto ganador en cinco carreras, algo que no ocurría desde 1983. Por otro, sin duda, ver a Alonso sonreír de nuevo, y sentirse capaz de ganar. Ferrari ha dado con la tecla en sus mejoras y, en quince días, vuelve a ser candidato a la victoria. El imprevisible GP de Mónaco, más este año, será una nueva oportunidad para que el asturiano se luzca, aunque visto lo visto, a ver quién se atreve a hacer apuestas...

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