Todas las elucubraciones y leyendas sobre el ex delegado de Zona Franca Manuel Rodríguez de Castro que habían contaminado el ambiente político de la ciudad dejaron de ser simples conjeturas ayer cuando se presentó «voluntariamente» junto con su abogado, José Antonio Bosch, en el juzgado número 4 de Cádiz. De este modo, Rodríguez de Castro se personaba en el proceso de instrucción por la querella que interpuso la Abogacía del Estado el pasado mes de agosto en la que se le imputa un delito de prevaricación, fraude, malversación de fondos públicos y apropiación indebida tras la puesta en marcha el portal informático Rilco en el año 2000 y de la que dijo haber tenido noticias a través de los medios de comunicación ya que «nadie me ha notificado la querella ni me ha citado».