El escándalo Clearstream, consistente en falsas acusaciones a personalidades políticas y empresariales de detentar en el extranjero cuentas secretas para percibir sobornos, ha estallado en el corazón del palacio del Elíseo. El general Philippe Rondot, ex jefe de los servicios secretos franceses, confesó a los jueces que el presidente de la República, Jacques Chirac, poseía una cuenta en Japón con unos 45 millones de euros, según revela hoy el semanario Le Canard Enchaîné. La información, una bomba de relojería a un año de las elecciones presidenciales, fue de inmediato desmentida por el entorno del jefe del Estado.