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EE UU no consigue abrir la vía punitiva contra Irán en el Consejo de Seguridad
Los esfuerzos de persuasión de Rice chocan contra la posición firme de Rusia y China, contrarios a sanciones
Actualizado: GuardarEn un nuevo pulso diplomático ante el Consejo de Seguridad de la ONU y entre inevitables comparaciones con los prolegómenos de la guerra de Irak, la diplomacia de Estados Unidos no ha conseguido abrir la vía punitiva internacional para contrarrestar los desafíos nucleares de Irán. A pesar de los personales esfuerzos de persuasión realizados por la secretario de Estado, Condoleezza Rice, Rusia y China mantienen su veto a cualquier resolución que contenga referencias a posibles sanciones económicas o acciones militares.
El maratón negociador mantenido a diferentes niveles en Nueva York -que comenzó la noche del lunes con una cena que ofreció Rice a sus contrapartes de los cinco miembros permanentes del Consejo más Alemania- no ha conseguido llegar a un acuerdo básico sobre cómo detener el programa iraní de enriquecimiento de uranio, que la Administración Bush considera como la antesala para el desarrollo de armas nucleares.
Francia y Gran Bretaña, que han patrocinado el borrador de resolución que circula desde la semana pasada, insisten en que la siguiente admonición del Consejo de Seguridad debe realizarse bajo los términos del Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas. Implica un cumplimiento obligatorio bajo amenaza de sanciones sujetas a otra segunda resolución, con un abanico de posibilidades que abarca desde la ruptura de relaciones diplomáticas a represalias económicas o incluso el uso de la fuerza.
De diez a catorce días
El nuevo ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha reconocido que tanto China como Rusia «no han aceptado la posibilidad de una referencia general a una resolución del Capítulo 7, pero es algo que no han excluido por ahora». Según el responsable diplomático germano, se requerirán «otros diez a catorce días» para superar la media docena de obstáculos que impiden que prospere una resolución unánime de los quince miembros del Consejo de Seguridad, ahora bajo la presidencia rotativa de China. En contraste, el embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, John Bolton, insistió en que se debería realizar una votación esta misma semana.
El ministro Steinmeier también ha confirmado que la Unión Europea piensa lanzar una nueva aproximación a Irán durante los próximos días, «destacando qué tipo de ventajas podríamos ofrecerles si están dispuestos a cumplir con las demandas de la comunidad internacional y qué posibilidades existirían para una futura cooperación». Mensaje de énfasis diplomático también coreado ayer por el propio George W. Bush.
Durante una visita a Florida, el líder estadounidense ha indicado que su Gobierno considera la diplomacia como la primera y más importante acción en el pulso planteado por el programa nuclear de Irán. Sin mencionar la carta de 18 folios remitida a la Casa Blanca por su homólogo, Mahmoud Ahmadineyad, Bush ha reiterado que «un presidente tiene que ser capaz de decir al pueblo de EE UU que la diplomacia no ha funcionado antes de escalar a otras medidas».
De acuerdo a las filtraciones de la misiva en cuestión, considerada por Washington como una treta para influenciar el debate en Naciones Unidas, el mandatario iraní no aborda directamente la cuestión atómica, ni ofrece propuestas concretas o aproximaciones conciliadoras. Con un tono más bien panfletario, citando frecuentemente el Corán, la carta argumenta, por ejemplo, que la democracia al estilo occidental es un fracaso y denuncia la deliberada ocultación de aspectos del 11-S.
La Casa Blanca ha indicado que no tiene intención alguna de contestar formalmente a la famosa carta, considerada como la primera comunicación directa entre los gobiernos de Washington y Teherán desde la suspensión de relaciones diplomáticas por la crisis de los rehenes en 1979.