Puede que un atardecer sea el mayor espectáculo del mundo... gratis. Y, como en el teatro, cada día diferente. Hay cazadores de luces que viajan a lugares tan exóticos como Bali, Kenia o Myanmar, donde está el fotogénico U Bein Bridge de Mandalay. Sin embargo, los aficionados al cielo incendiado de las puestas de sol saben que Ibiza es un destino inexcusable.
En Ibiza pasa estos días David Cameron. No es la primera vez. Como le ocurre a muchos británicos, Baleares, y en concreto Ibiza, debe sobrevolar los sueños de sus largos inviernos. Una de las primera cosas que hemos sabido de esta estancia es que al primer ministro le gusta la playa de Benirrás, famosa por sus increíbles atardeceres. Allí pasó el domingo, junto a su familia. Y el domingo es precisamente el día clave para asistir a una puesta de sol inolvidable por dos razones: el espectáculo de la naturaleza, que no suele fallar, y el de la tribu «hippy» que acude a esta cala con sus tambores y sus antorchas, en una ceremonia que no termina de gustar a las autoridades locales pero que parece inevitable.
Benirrás es una cala pequeña, a la que se llega en coche desde San Miguel, o también en barco. Está rodeada de árboles y senderos, entre colinas, lo que la mantiene a resguardo del viento.