Pasaban las doce de la mañana de ayer cuando el Cádiz conocía a su nuevo rival de la Copa del Rey. La fortuna cruzaba a dos de los equipos más vulnerables que se dieron cita en el bombo de los cuartos. Las bolas del sorteo decidieron ayer que Cádiz y Espanyol se batan el cobre para asomar su cabeza en Europa. Y es que el destino ha querido que los cocos de la competición (Barcelona, Valencia y Real Madrid) se jueguen el pase a las semifinales contra los equipos menos fuertes que aún perduran en el torneo del KO. Lo que dicho de otra forma significa que, si se cumple la teoría del fútbol, y los grandes eliminan a sus contrincantes, consiguiendo además en Liga una plaza que les dé derecho a jugar la Champions, el Cádiz podría pisar por vez primera el continente europeo si logra dejar en la estacada al Espanyol y le acompaña la suerte en la semifinal. Y es que en el caso de disputar la final contra un club de Champions ya estaría matemáticamente en la Copa de la UEFA.