Exactamente el mismo día que el primero, pero diez años después, fue nombrado ayer el segundo Gobierno italiano de centro-izquierda de Romano Prodi, que en aquella ocasión duró dos años y vuelve a nacer, otra vez, con el reto esencial de no pelearse ni romperse. «Es un equipo fuerte, cohesionado y durará toda la legislatura», aseguró Prodi. El nuevo Ejecutivo italiano, tras cinco años de Silvio Berlusconi, es un fiel reflejo del colorido mosaico de La Unión: en la mejor tradición italiana, un número disparatado de ministerios, un total de 25, en el que se apiñan ocho formaciones, que son nueve si se cuenta la cuota reservada a Prodi, que no tiene partido pero sí derecho a elegir los titulares de tres carteras. También en la línea nacional, sólo seis mujeres, aunque es una ligera mejoría respecto a las dos que había en el Gobierno de centro-derecha. Sin embargo, nada más que una llega a un ministerio de peso, Livia Turco, en Sanidad. El resto engrosan la mayor parte de la lista de segunda fila de ministros 'sin cartera', un total de ocho. Edad media, 56 años, siempre dentro de las pautas del poder en Italia.