La eliminatoria está difícil, complicadísima, casi imposible. Pero a ese casi se aferra el Cádiz con uñas (de las manos de Limia) y dientes (de Lobos). Los argentinos son las dos novedades con respecto al equipo que ya cayó de forma estrepitosa hace una semana ante el Espanyol, y por tanto en ellos están depositadas las máximas esperanzas. También será de la partida Fernando Morán, que ya disputó cerca de una hora de aquel duelo de funesto recuerdo y que poco a poco va adquiriendo su mejor forma física.