Las esperanzas de que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, salga del coma inducido en el que se encuentra desde el pasado 4 de enero -ya nueve días- se desvanecen de manera cada vez más alarmante. El estado de salud del primer ministro es literalmente «aterrador», aseguró la radio pública hebrea ayer, citando fuentes médicas. «La situación es preocupante, muy preocupante, incluso aterradora», declaró. Según estas fuentes, «la hora de la verdad se acerca» ya que Sharon no recibe más anestesia y no da señales de despertarse del coma artificial en que fue sumido cuando sufrió una grave hemorragia cerebral.