Luis Aragonés compareció ayer ante los medios de comunicación al término del entrenamiento a puerta cerrada (un partidillo a medio campo entre los que no jugaron el viernes y ejercicios de recuperación para quienes sí lo hicieron) que los internacionales españoles realizaron ayer por la mañana en el Sportcentrum de Kaiserau antes de disfrutar de unas horas libres. El seleccionador, que fue recibido con aplausos en la sala de prensa, se mostró de buen humor, muy respetuoso con el rival, pero absolutamente convencido de que España superará el próximo martes el cruce de octavos ante Francia; una selección «de colmillo retorcido» a la que nunca se le ha ganado en una gran competición. «Vamos a pasar seguro», sentenció el sabio de Hortaleza, cuyas declaraciones podrían resumirse bajo los siguientes epígrafes.