El PP tiende la mano al Gobierno en inteligencia y Vox acusa a Alberto Núñez Feijóo de «colaboracionismo»
Cuca Gamarra y Santiago Abascal, muy críticos ambos con Pedro Sánchez, exhiben dos modelos distintos de oposición
Inés Arrimadas: «La pregunta no es por qué el CNI hace seguimiento a quienes suponen una amenaza; es por qué usted pacta con ellos»

La comparecencia de Pedro Sánchez por el espionaje a independentistas con el 'malware' Pegasus ha servido para constatar lo ya conocido: la animadversión del PP , Vox y Ciudadanos (Cs) hacia el presidente del Gobierno, a quien han acusado de poner en jaque las instituciones por sus alianzas políticas con los separatistas. Pero también ha evidenciado la distancia que separa a Alberto Núñez Feijóo y a Santiago Abascal en la forma de ejercer su labor de oposición.
Uno, dispuesto a tender la mano hasta la saciedad, mal que sus ofertas sean respondidas con menosprecio; otro, encasillado en el 'no a todo' y receloso de todo aquel enmarcado en el «colaboracionismo». PP y Vox, que apenas han empazado su primera andadura en coalición en Castilla y León , todavía se miran de reojo, con desconfianza, como si todo entre ellos pudiese saltar por los aires en cualquier momento.
Les une, y eso ha quedado claro otra vez, su contundente crítica al sanchismo , a la que Cs se unió ya hace tiempo, escaldado de su intento de 'salvar' a Sánchez de sus pactos con ERC y EH Bildu , quienes precisamente, junto al Grupo Plural , reclamaron la comparecencia que ha forzado al presidente a dar explicaciones este jueves ante el Pleno del Congreso contra su voluntad.
Una vez más, en la semana en la que por fin Núñez Feijóo ha tomado posesión como senador por designación autonómica, se visibiliza no obstante que en los debates importantes, el líder de la oposición no está. Su número dos, Cuca Gamarra , ha sido la encargada de abanderar la postura del 'nuevo PP', que conjuga el reproche propio del opositor con la mano tendida en política exterior y seguridad nacional .
El PP pide que se convoque la comisión de secretos oficiales para que el Gobierno detalle la intervención del móvil de Sánchez
Gamarra, desde el escaño que correspondería a Núñez Feijóo si fuese diputado, ha tenido que escuchar cómo Sánchez ha empleado más de quince minutos de una intervención de una hora en censurar la corrupción del PP y el presunto uso ilícito del Ministerio del Interior en la operación Kitchen . La secretaria general de los populares apenas ha mencionado el caso socialista de los ERE en Andalucía al inicio de su intervención, casi como un autorreflejo, pero después ella sí se ha centrado por completo en la cuestión del orden del día.
Al contrario que «la mitad de su Gobierno», ha remarcado la dirigente del PP en alusión a Unidas Podemos , su partido sí ha estado al lado del PSOE en lo referido a la guerra de Ucrania o a la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid a finales de junio. Gamarra, varias veces, le ha criticado por no ser «un buen gobernante» y ha sido la primera en sacar a colación una reprobación repetida después por Abascal y por Inés Arrimadas : «Entregó la dirección del Estado a quienes investigaba por ser una amenaza para el Estado».
Esa aparente contradicción, que el Centro Nacional de Inteligencia ( CNI ) investigase a dirigentes independentistas mientras Sánchez negociaba con ellos su investidura en enero del 2020, resulta «inverosímil» para Gamarra, quien ha cargado también contra «la torpeza» que supuso desvelar en rueda de prensa que el presidente y algunos ministros también habían sido espiados con Pegasus .
La secretaria general del PP ha anunciado la petición de que se convoque la comisión de secretos oficiales en el Congreso para que el Gobierno detalle en privado todo lo relacionado con la intervención del terminal del jefe del Ejecutivo, a quien le ha preguntado qué tipo de información le sustrajeron para que los españoles sepan de primera mano «si tienen a un presidente libre o a uno atado de manos».
«Cesó a la directora del CNI [ Paz Esteban ] por cumplir con su función de investigar y mantenerle informado. Ha estado usted informado, no olvide que nosotros hemos estado en La Moncloa », ha atizado Gamarra, momentos antes de recordarle que podrá contar con el PP para «mejorar la inteligencia», pero no con sus socios. El presidente, en su intervención inicial, ha anunciado que aprobará una nueva ley de información clasificada y reformará el control judicial del CNI , como planteó recientemente el PNV .
«Una mentira con patas»
Abascal, quien ha subido a la tribuna de oradores justo después de Gamarra, ha hecho gala de su habitual repertorio, recordando el gran éxito político de Vox: la inconstitucionalidad de los dos primeros estados de alarma nacionales por la pandemia del coronavirus . Esa premisa, que el Gobierno encajó sin asumir ninguna responsabilidad, le ha servido para reiterar el apelativo de «autócrata» -el socialista Héctor Gómez ha intentado sin éxito que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet , retirase la palabra del diario de sesiones- y definir al presidente como «una mentira con patas». «La mentira hecha persona», ha precisado.
«Ha criminalizado y cesado a quienes nos protegen y se ha asociado con quienes nos amenazan», ha espetado, entrando ya en la cuestión de Pegasus. En ese sentido, ha añadido que el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos ha incorporado a «la dirección del Estado» a los protagonistas de «un golpe de Estado». «España no va a ser su juguete roto», ha advertido, vehemente, el líder de Vox, que incluso ha puesto en duda la veracidad del espionaje a Sánchez y a sus ministros: «Nos viene con una historia de escuchas y de espías. Si es cierto, ¿para qué lo cuenta? Si no lo es, ¿por qué se lo inventa?».
Pero de su intervención, lo que más ha llamado la atención es el mensaje meridianamente claro que le ha enviado al presidente del PP -«la derecha incauta»- y líder de la oposición: «¿Qué hace el señor Feijóo ofreciendo pactos? Ningún colaboracionismo con este Gobierno es aceptable». «Los españoles -ha avisado Abascal- lo que quieren es alternativas». «Señorías del PP, España necesita una oposición fuerte y les tendemos la mano para ello. No necesita una falsa responsabilidad de Estado», ha apelado el dirigente de Vox, con la mirada fija en la bancada popular.
«Una bola de demolición»
Arrimadas, presidenta de Cs, ha comenzado su discurso citando frases que llamaban a «proteger» al Gobierno, pronunciadas por personalidades como Andoni Ortuzar (PNV), Arnaldo Otegi y Mertxe Aizpurua (Bildu), y Oriol Junqueras (ERC). Tres de esas cuatro personas, ha recordado la dirigente liberal, fueron condenadas «por delitos gravísimos» y ahora son aliados parlamentarios del Ejecutivo. «Ese sillón azul -ha continuado Arrimadas en referencia al escaño del presidente- es la silla más cara de toda España. Es usted una bola de demolición contra las instituciones del Estado».
Al respecto, Arrimadas ha criticado el reparto de la Agencia Española de Protección de Datos entre el PSOE y el PP -anulado esta semana por el Tribunal Supremo , como adelantó ABC-, el del Tribunal de Cuentas , el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado, el cese de Paz Esteban al frente del CNI... Pero además, especialmente sensibilizada con la sentencia que obliga a impartir al menos el veinticinco por ciento de clases en español en Cataluña , ha lamentado no solo que el Ejecutivo no moviese «un dedo» para garantizar la enseñanza en castellano, sino que ahora maniobre -en alusión al PSC - junto al nacionalismo para esquivar la sentencia con una ley que, ha dicho, «es una sinvergonzonería».
Centrada ya en Pegasus, la líder de Cs ha aseverado que la pregunta no es por qué el CNI hace seguimiento a quienes «amenazan» a España, sino por qué pacta con ellos el presidente del Gobierno. En respuesta a los dos anuncios del presidente, ha expresado que «ponen el dedo» en los servidores públicos y ha agregado que la reforma del CNI necesaria es una que le impida cesar a su antojo a quien «hace su trabajo». Como Gamarra y Abascal, también ella ha cuestionado la comparecencia en la que se reveló el espionaje al Ejecutivo.
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