Inés Arrimadas se planta: Ciudadanos no apoyará los Presupuestos si no hay rectificación con el castellano
La líder de los liberales mantendrá la mano tendida hasta el final para ofrecer a Pedro Sánchez «una vía moderada»
Ciudadanos (Cs) evita el portazo y no romperá las negociaciones con el Gobierno de cara a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero hoy su líder, Inés Arrimadas , ha avisado a Pedro Sánchez : si quiere el «sí» de los suyos en las cuentas estatales, tendrá que rectificar en la «ley Celaá» y recuperar el carácter vehicular del castellano en la educación de Cataluña.
Esta es una de las cuatro condiciones sin las que el Ejecutivo no podrá aspirar, en principio, al «sí» de Cs. El partido, con este movimiento, opta por un escenario de equilibrio en el que no quema los puentes de la negociación, pero en el que advierte ya del sentido de su voto si no hay un giro de Sánchez. Aunque Arrimadas no ha desvelado si optaría por una abstención o un rechazo a las cuentas, fuentes de la dirección sí sostienen que se posicionarán en contra si no hay un cambio. En un principio, los liberales desvincularon el «atropello» al castellano de las conversaciones sobre los Presupuestos, pero el malestar interno ha provocado una reacción.
Este diario ya adelantó el sábado que el Comité Permanente de Cs estudiaba cómo afrontar los próximos pasos tras una cuestión inasumible para ellos, como es atacar la libertad de elección de la lengua en la que se escolarizan los niños en Cataluña . El enfado es mayúsculo, porque en el partido se entiende que con la enmienda aprobada por PSOE , Unidas Podemos y ERC se lleva a la ley la marginación del castellano que se ha producido, en la práctica, en las «últimas décadas».
«Le ha llegado a Sánchez la hora de elegir qué vía quiere: la España moderada o la vía de concesiones al separatismo», ha aseverado Arrimadas en la rueda de prensa posterior al cónclave de la dirección del partido. La recuperación del castellano como lengua vehicular no es la única petición en clave antiindependentista: la líder de los liberales también ha reclamado al presidente del Gobierno que se comprometa por escrito a no habilitar un referéndum de secesión en Cataluña . Extremo que ya se recogía en el famoso pacto del abrazo suscrito en 2016 entre el secretario general del PSOE y Albert Rivera .
Dos reivindicaciones económicas
Además, los liberales ponen sobre la mesa dos reivindicaciones económicas: una, la solicitada ya la semana pasada, que se concedan ayudas a fondo perdido a autónomos y pymes con menos de cincuenta trabajadores a su cargo y que hayan visto reducidos sus ingresos más de un cincuenta por ciento. Otra -una solicitud reiterada a la que el Gobierno ha hecho oídos sordos hasta ahora-, que los progenitores que deban cuidar de sus hijos en cuarentena por Covid-19 y no puedan teletrabajar tengan derecho a una baja laboral . Aunque el Gobierno asuma estas dos peticiones, deberá también hacerlo con el castellano y la negativa a promover un referéndum. Si no, insisten tajantes fuentes de la máxima confianza de Arrimadas, Cs votará «no».
Cs quiere dejar claro, eso sí, que estas nuevas «líneas naranjas» no atentan contra su voluntad pactista, que se mantiene firme. Pero según ha explicado Arrimadas, ahora es el momento de que el Gobierno decida si atiende a las «contrapartidas» que le reclama ERC o se decanta por la opción «moderada» de Cs.
Hoy mismo, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Ep, el presidente autonómico de Aragón, el socialista Javier Lambán , ha definido a ERC como un socio «muy inquietante» y a Cs, como uno «tranquilizador» . Unas palabras que ha aplaudido la número dos de Arrimadas, Marina Bravo , y que revelan un perfil del socialismo al que ha aludido varias veces la líder de los liberales: «Le pido a Sánchez que escuche a las voces moderadas de su propio Gobierno».
Desde el Gobierno, de momento, guardan cautela. La ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero , ha evitado el choque con los liberales y les ha emplazado a trasladar sus exigencias a la negociación presupuestaria, informa Víctor Ruiz de Almirón .
Arrimadas ha evitado ser tajante. Solo ha dicho que el Gobierno deberá atender estas nuevas reclamaciones de los suyos si quiere su «sí», pero también ha tendido su mano para negociar «hasta el final». Se abre pues un marco en el que Cs podría pactar enmiendas parciales durante la tramitación de los PGE, pero en el que podría terminar votando «no» a las cuentas.
No rechazará la tramitación
Por ahora, lo que sí ha garantizado la líder de Cs es que pasado mañana su partido rechazará todas las enmiendas a la totalidad planteadas porque, según ella, gracias a no presentar la «octava», Cs ha conseguido que el proyecto inicial del Gobierno recoja varias de esas denominadas «líneas naranjas». En concreto, que no suba un quince por ciento el Impuesto de Sociedades , que se mantengan el IVA de la educación concertada y la sanidad privada o que el IRPF se incremente a partir de los 200.000 euros de renta anual -y no de los 130.000-. Ha vuelto a repetir, aunque el Ejecutivo en ningún momento lo ha confirmado, que Cs tiene su compromiso para que, vía enmienda, se retire el previsto impuesto al diésel .
Arrimadas ha evitado responder sobre el acercamiento del PP a Rivera o a José Manuel Villegas y sobre las críticas de exdirigentes como Juan Carlos Girauta o Marcos de Quinto , y ha despejado todas las preguntas al respecto argumentando que ella está solo centrada en los datos de fallecidos por la pandemia y en la pésima evolución del empleo . Pero sí ha vuelto a cargar contra la oposición «inútil» de los populares y de Vox , a los que ha acusado de «quedarse en un rincón a gritar».
Frente a ellos, ha defendido la coherencia de su partido, que ha mantenido la misma línea desde marzo, y ha ratificado sus «dos compromisos» con los españoles: «No vamos a renunciar a ninguno de ellos. El primero, mejorar las medidas de este Gobierno, frenar barbaridades y salvar la economía. El segundo, frenar las concesiones del Gobierno a los separatistas. No vamos a desistir. Estamos consiguiendo más que los que se quedan en un rincón a gritar. Vamos a estar con la mano tendida hasta el final. Tendrá que elegir Sánchez».
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