DARÁN QUE HABLAR
Gala Knörr: «¡Maldito Kerouac por querer hacerme escribir la siguiente gran novela americana!»
¿Sabéis quién ha colaborado con gente tan variopinta como el galerista Saatchi o la cantante Sia? ¿Quién intentó sonsacarle a base de vino sus secretos a varios premios Turner? Pero, sobre todo, ¿quién tiene un trabajo sobre lo digital traducido a lo pictórico que merece la pena conocer? Ella es Gala Knörr, una artista de las que «Darán que hablar»

Nombre completo: Gala Knörr Sierra. Lugar y fecha de nacimiento: Nací en Vitoria-Gasteiz en 1984. Residencia actual: Londres (este año, también he estado en Málaga y Bilbao). Estudios: Hice un año de Filosofía y Ciencias Políticas en la Richmond University en Londres. Soy Licenciada en Bellas Artes por la Parsons Paris (The New School) y me gradué con un Máster en Bellas Artes de Central Saint Martins (Universidad de las Artes de Londres) . Ocupación actual: Superviviente artística.
Qué le interesa. Me apasiona la intrigante relación que se ha creado en los últimos años entre los avances tecnológicos y la identidad; cómo se expanden las diferentes ideas sobre la misma; cómo la sociedad crea nuevas normas, y cómo se forjan las relaciones interpersonales. Me interesa crear hábitos y rituales nuevos a través de las personas que me encuentro en las diferentes localidades que me han adoptado. En el marco de una profesión que es tan individualista es bueno tener ese sentimiento de pertenecer a algo. Nicholas Bourriaud dijo algo con lo que me identifico mucho, y es que el artista es un nómada cultural. La pintura me ha dado la oportunidad de dar valor y permanencia a través de un medio tradicional al material que compartimos en redes sociales con carácter efímero, jugando con la naturaleza asociativa de las imágenes y el poder del lenguaje.
De dónde viene. Me dio un arrebato y decidí mudarme a París, cambiar de carrera y aprender un idioma nuevo en cuanto Parsons Paris me envió un e-mail diciéndome que me habían aceptado. Comenzó la crisis financiera cuando acabé la carrera, y se convirtió en una crisis existencial en la que milagrosamente Sony me contactó vía Myspace para hacer un video viral de un robot bailarín. Publiqué tres imágenes de dibujos que hice viajando por EE.UU. en busca de una señal divina y acabé recibiendo el Premio Emergencias 2.0, dándome la oportunidad de proyectar y dar una conferencia sobre mi trayectoria y joven trabajo en La Casa Encendida (con gripe incluida).
El «selfie» de Gala Knörr para «Darán que Hablar»- G. K. Dónde está cuando no hace arte. Estos últimos años en Londres he sido voluntaria en un programa de tutoría para estudiantes de instituto con deseos de embarcarse en el mundo del arte, creando talleres y visitas a diferentes galerías de la ciudad. En 2012 fui invitada a exponer mi proyecto comisarial «Journey to the Center of My Mind» en una casa victoriana monumento histórico de Los Ángeles, en el barrio de Highland Park. Conseguí crear un nexo entre mujeres creadoras de Londres y esa ciudad, congregando a artistas y músicos como Paz Lenchantin (Pixies), Beth Fox, Chloe Sells, Elsa Philippe, Guy Blakeslee, Jason Simon (Dead Meadow) y muchos más. Al año siguiente repetiríamos a modo de exposición «pop up» en Madrid con otros artistas como Jwan Yosef, Konstanty Czartoryski y Lola Rose Thompson.
Le gustará si conoce a... Al haber estudiado en facultades tan diferentes en capitales europeas, he tenido todo tipo de referentes. Pero resaltaría a Jack Kerouac, Nan Goldin, el escultor americano Tom Sachs; mi ídolo David Hockney; el folklore inglés de Jeremy Deller; los colores de Daniel Richter o Jules de Balincourt y el incansable y divertido gigante que es John Baldessari, por mencionar los más destacados.
«Me apasiona el mundo electrónico, pero lo traduzco al mundo palpable. No creo que el arte siempre tenga que ser serio, sino que más bien debe tener sentido del humor»De mi generación hay muchos que para mi hacen obra de gran relevancia contemporánea. Quizá gente como Felipe Castelblanco, con el cual, siempre que la geografía nos lo permite, tomo un café para hablar de proyectos e intentar ayudarnos con nuestras crisis existenciales. También me interesa gente como Ed Fornieles, Hannah Perry, Ryan Trecartin, Christian Rosa, Mykki Blanco y mi compi de universidad Tianzhuo Chen. Este año estoy descubriendo a colegas de mi generación al regresar a España, como Tania Blanco, Abel Jaramillo, Antonio Montesinos, Ana Barriga, Victoria Maldonado, Irati Inoniza o Gripface, con los que he encontrado cierta complicidad.
¿Qué se trae ahora mismo entre manos? Ahora estoy en la recta final de residencia en la Fundación BilbaoArte y de producción de mi proyecto «Self Identity is a Bad Visual System», el cual será presentado el 2 de diciembre en la exposición de puertas abiertas de la Fundación en Bilbao. Gracias a que AJ+ (la versión online anglófona de Al-Jazeera) se hizo eco de mi proyecto, al entrevistarme y lanzarlo en la red, pude conectar con gente de todo tipo de culturas, edades y creencias que han dado forma a un proyecto abierto sobre todo a romper barreras y crear espacios donde todo tipo de gente pueda existir.
¿Cuál es su proyecto personal favorito hasta el momento? Creo que todo lo que he hecho hasta ahora ha sido mutar constantemente mientras encontraba mi voz, y quizá esta siga mutando. No podría elegir una obra en particular, pero mi proyecto «High, Wild & Free: an Internet Story» que presenté el año pasado en Cité Internationale des Arts, en París, luego formó parte de mi exposición individual en Londres junto a piezas que no me habría arriesgado a hacer antes. Hizo que adquiriera más confianza en mi instinto como artista. Fue el comienzo de una línea de trabajo de la que estoy orgullosa. Volvió mi obra más punk, algo más terminado, pero con el mismo espíritu gamberro.
¿Por qué tenemos que confiar en ella? Porque tengo el perfil de una espía de la CIA pero todavía creo en «la sobrenatural extra brillante bondad del alma», como Allen Ginsberg; porque me apasiona el mundo electrónico, pero lo traduzco al mundo palpable, y porque no creo que el arte siempre tenga que ser serio, sino más bien debe tener sentido del humor.
¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? En realidad, cualquiera de los mencionados antes sería alguien interesante a quien descubrir, pero Felipe Castelblanco es alguien que para mí es un excelente artista. Nos conocimos cuando finalizó su beca de investigación Starr en la Royal Academy de Londres. Presentaba su obra como parte de su proyecto «The Parasite School» junto a artistas de fuera de Europa o Norteamérica que no tienen acceso a estudiar en esa institución. La idea es crear una escuela que se infiltre dentro de la universidad accediendo a sus instalaciones, gente e infraestructura para acoger y servir a artistas nómadas e inmigrantes excluidos de universidades de occidente. Siempre que podemos y coincidimos en una ciudad o país nos vemos. Los dos tenemos una naturaleza un tanto nómada y nuestra obra emana del ámbito social. Hay cierta poesía en todo lo que Felipe crea, y creo que sería alguien interesante de descubrir.
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