Incrementar los rendimientos académicos del alumnado, reducir el fracaso escolar y elevar la tasa de escolarización en la etapa postobligatoria -Bachillerato y Ciclos Formativos de grado superior desde el 63 por ciento actual-, al nivel medio de los países más desarrollados de la Unión Europea -en torno al 80 por ciento-. Estos son los objetivos principales de la futura Ley de Educación de Andalucía que ayer dio el primer paso tras acordar el Consejo de Gobierno iniciar los trámites del anteproyecto de una norma, que podría estar aprobada de forma definitiva el año próximo y que regulará las materias no básicas que la nueva legislación orgánica estatal permite a las comunidades autónomas. Cándida Martínez, consejera de Educación, explicó los pormenores de la futura Ley, tras la reunión semanal del Ejecutivo andaluz, que volvió a celebrarse en Sevilla tras el paréntesis de la semana pasada, cuando el presidente y sus consejeros se reunieron en Algeciras.