Con todas las miradas puestas en los octavos de final y en los posibles rivales para ese cruce a vida o muerte, España juega esta tarde en el estadio Fritz Walter de Kaiserslautern (16 horas, La Sexta y Cuatro) un partido que sería un puro trámite carente de interés si los Mundiales no fueran lo que son y la propia grandeza del torneo no evitara la existencia de encuentros intrascendentes. Cuando a uno le observa todo el planeta, siempre se juega algo. En este caso, se podría decir que la selección española, cuya portería será defendida hoy por Cañizares en una decisión de Luis Aragonés que ha generado bastante controversia, se juega el orgullo, mientras que los jugadores que saltarán al campo, suplentes todos ellos en los dos partidos anteriores, se jugarán su prestigio.