Las organizaciones sindicales y estudiantiles francesas, que ayer comenzaron a ser recibidas en una ronda de consultas por parlamentarios conservadores de la formación gobernante UMP, han lanzado un ultimátum para que antes del próximo día 17 sea derogado el Contrato Primer Empleo (CPE). El primer ministro, Dominique de Villepin, en su cota más baja de popularidad, afirmó en el Parlamento que en los próximos días sacará «todas las conclusiones necesarias», frase enigmática interpretada por algunos de sus rivales sarkozystas como «amenaza o chantaje de dimisión».