El equipo de Gobierno y el principal partido de la oposición volvieron a protagonizar ayer un acalorado enfrentamiento en el Senado. Esta vez, las acusaciones mutuas, los abucheos y las continuas interrupciones giraron en torno al caso de Marbella. La chispa de la polémica saltó cuando el senador malagueño Joaquín Ramírez, al final de su intervención, acusó a la Junta de haber mantenido «cierta connivencia» o «mirado para otro lado» ante los casos de corrupción en el Ayuntamiento de Marbella. «15 años y 30.000 viviendas ilegales pueden hacer sospechar de la connivencia de la Junta», reiteró el senador desde la tribuna de oradores.