Para moverse libremente por Ámsterdam es imprescindible un calzado cómodo y/o una bicicleta. Aquí, el vehículo de dos ruedas no es un medio de transporte, es una forma de vida. Dicen que hay más bicicletas que habitantes, y de estos hay censados 780.000.
Desde los años 70 hay marcados carriles-bici por toda la ciudad, mucho más frecuentados que las calzadas para automóviles. Pero hay que tener cierta experiencia para ir sobre dos ruedas en Amsterdam sin causar accidentes ya que lo peatones, sobre todo los turistas no acostumbrados, se cruzan por todas partes.
[El parking de bicicletas más grande del mundo]
La Estación Central es un buen lugar para alquilarlas. Junto al aparcamiento con capacidad para 7.000 bicis está «MacBike». Sus bicicletas se reconocen por unos llamativos sillines de color rojo que gritan: «¡Aquí va un turista!». Si quieres algo más discreto está «Bike City», en el barrio de Jordaan. Solo tienen las llamadas «bicicletas holandesas» o fixies, es decir, con una sola marcha y sin frenos. Para detenernos tenemos que pedalear hacia atrás. No es tan difícil como pudiera parecer.
Pero hay muchos puntos de alquiler por toda la ciudad. Otro puede ser Damstraat Rent-a-Bike, en la calle Damstraat 20, donde encontraremos «bakfiets», triciclos de transporte con una caja ideal para llevar niños o paquetes, y también los tandems, bicicletas vintage para dos.
En todas las Oficinas de Turismo VVV hay mapas con las rutas para bicis y toda la información necesaria para moverse sobre dos ruedas por la ciudad.