Extremadura es tierra de olivos y -por lo tanto- de aceite. Dos zonas han conseguido obtener denominaciones de origen en lo que se refiere al aceite: Gata-Hurdes y Monterrubio.
La primera se halla al norte de Cáceres, en una comarca con treinta mil hectáreas sembradas de olivos de la variedad manzanilla cacereña. La denominación de origen abarca casi todo el norte de la provincia, una región salpicada de almazaras y bodegas aceiteras en donde se puede observar el proceso de producción, además de disfrutar de la naturaleza.
En cuanto al aceite Monterrubio, se elabora en la comarca de La Serena -ya mencionada antes a cuenta de sus quesos-, por la que se extienden más de veinte mil hectáreas de olivos variedades picual y cornezuelo. En la localidad de Monterrubio de la Serena (que da nombre a la denominación de origen) se encuentra un Museo del Aceite dedicado a explicar la historia de su producción y cómo ha ido cambiando el sector a lo largo de las décadas.