Extremadura tiene una larguísima tradición ganadera. Y a esta siempre suele ir unida la producción de buenos quesos. Dos de los quesos más célebres de la región combinan los mismos ingredientes: leche de oveja y cardos, que crecen en abundancia en esta región y que provocan una reacción que consigue que la leche se corte y cuaje rápidamente, alcanzando una textura cremosa, ideal para untar en pan. Se trata de las conocidas Tortas del Casar y de los quesos de La Serena. Las primeras -como su nombre indica- se producen principalmente en Casar de Cáceres, pero la denominación de origen abarca otras comarcas (Llanos de Cáceres, Sierra de las Fuentes y Montánchez) a las que también merece mucho la pena acercarse. Los quesos de La Serena, por su parte, proceden de la comarca de ese mismo nombre, al noreste de Badajoz, zona de dehesas y embalses, ideal para la pesca y la observación de aves.
El tercer queso extremeño con denominación de origen no se elabora con leche de oveja, sino de cabra. Es el queso Ibores, mantecoso y levemente picante, originario de la comarca cacereña de Los Ibores y sus alrededores, que incluyen la ciudad de Trujillo, una de las joyas monumentales de Extremadura.