La estampa que a todo el mundo se le viene a la cabeza al pensar en el valle del Jerte es la de los cerezos en flor a finales de marzo y primeros de abril. Pero ver las hojas secas dejando esos mismos árboles al descubierto también tiene su encanto. Para animar estos meses, el valle celebra su «Otoñada» entre el 29 de octubre y el 13 de diciembre. Entre las actividades destacan las múltiples jornadas de senderismo y de BTT, que recorrerán múltiples rutas de diversos grados de exigencia para conocer todos los rincones del valle. También habrá paseos a caballo para quienes prefieran contemplar el paisaje de otra manera. A esto se sumarán festivales de teatro, artísticos y folclóricos, actividades en torno a la fotografía, un mercado medieval, celebraciones de ambiente celta y pastoral, más gastronomía (y más setas) y otras muchas cosas que hacer mientras se ve el Jerte de un color distinto.