La carrera de Mark Cavendish se ha convertido en una sinfonía de colores. Ha ganado etapas en el Tour con el maillot del High Road, también con el de Sky y con el de campeón del mundo. Este miércoles lo hizo, en Marsella, con el de campeón inglés. Lleva enfermo desde el inicio de la carrera, con una bronquitis que no se le acaba de curar. Sigue tomando antibióticos, lo que le ha perjudicado físicamente. Eso unido al terreno que había en Córcega complicaron su inicio de carrera.
En la primera ocasión nítida que ha tenido de poder ganar, no ha fallado. Omega maneja son solvencia los mecanismos para llevarle hasta el último kilómetro lo más cómodo posible. Luego le queda Gert Steegmans, un lanzador de lujo que le deja a doscientos metros de la meta. Le abre el camino y facilita sus victorias. Está mucho mejor protegido que hace un año en el Sky.
Lleva ya veinticuatro etapas ganadas en el Tour. Le preguntaron antes del inicio del Tour si había cambiado de equipo para sentirse más arropado, para no tener que compartir líderato con nadie, para contar con un grupo de ciclistas que estuviesen a su servicio. Su respuesta resultó contundente: «Sí». Estamos hablando de una formación que tiene a Tony Mariín, cada vez más recuperado, Sylvain Chavanel, Peter Velits, Pineau, por no hablar de Kwiatkowski.
Desde luego, está más arropado que el año pasado en el Sky. Tener que defender a un líder del Tour y a un 'sprinter' termina por resultar imposible. Se encontró en la llegada con André Darrigade, un 'sprinter' de los años 50 y 60 que llevaba veintidós victorias. El año pasado solo ganó tres etapas, por seis en 2009, cinco en 2010 y 2011 y cuatro en 2008. Las razones del cambio de equipo no admiten dudas; ese bajonazo de triunfos. Tenía señaladas siete etapas en las que se veía con posibilidades de poder vencer en este Tour.
Por el momento solo le ha fallado la del primer día, en la que quería además vestirse de amarillo. La que tenía prevista en la quinta la ha conseguido. Cavendish quiere vestirse de amarillo en el Tour y en una carrera sin bonificaciones si no ganas la primera etapa resulta imposible, al menos para un 'sprinter'. «He sido líder en el Tour y en la Vuelta, he ganado el maillot verde en el Tour, lo he llevado también en la Vuelta y el Giro. Me falta el amarillo»
De momento tendrá que esperar. Va a tener muy complicado llevarlo. Tienen que darse unas circunstancias muy especiales. Cavendish no quiere que nadie le quite protagonismo y en Omega está consiguiendo lo que pretendía. Lleva 14 triunfos esta temporada y en el Tour continuará aumentando esa cifra. Lleva 42 victorias en las tres grandes, 24 en el Tour, 15 en el Giro y tres en la Vuelta a España. Las caídas, alguna de ellas absurda, como la que se produjo en los últimos trescientos metros de la etapa, siguen causando problemas.
Haimar Zubeldia (Radioshack) se fracturó el metacarpiano de su mano izquierda en una caída durante los kilómetros finales de la etapa. Le esperó Markel Irizar, su compañero y amigo, para llevarle de nuevo al pelotón. En principio, salvo que este jueves amanezca con problemas, su idea es la de seguir en carrera.
Sexto en la general del Tour el año pasado, Haimar volvía a ser una baza importante en un RadioShack que no sabe cómo le va a responder Andy Schleck cuando llegue la montaña y las contrarrelojs. Con un dedo fracturado se puede hacer el Tour, pero será incómodo para Haimar.
En el hospital de Marsella al que le llevaron al finalizar la etapa confirmaron su lesión, después de hacerle una radiografía. Una lesión que también le había diagnosticado en plena carrera el médico de la prueba, en caliente.
Hubo otra caída a 300 metros de la meta, en la parte media del pelotón, es decir, con corredores implicados en ella que no se jugaban nada en la etapa, en la que estuvieron implicados Mikel Astarloza, Gorka Izagirre, Nairo Quintana y Andrey Amador, entre otros ciclistas.
Astarloza parecía el más perjudicado de todos, con el cuadro de su bicicleta roto y golpes en las piernas, sobre todo en el gemelo de la izquierda. Gorka Izagirre presentaba algunos rasponazos. Los dos hombres del Movistar no tuvieron ningún tipo de problemas.
La etapa estuvo marcada por una larga escapada, de 216 kilómetros, en la que Euskaltel metió a un corredor, Romain Sicard, junto a otros cinco ciclistas entre los que estaban el kazajo Alexey Lutsenko, un chaval de 20 años que fue campeón del mundo sub-23 en Valkenburg, y también Kévin Reza, un ciclista de raza negra del Europcar, de 25 años, que mide 1,87 y procede de Trappes, en la región parisiense, que pasó por un centro de tecnificación francés, antes de entrar en la estructura de Jean René Bernardeau, el director del Europcar.
Una escapada que llegó a tener en el kilómetro 51 de la etapa una diferencia de 12:45 y que al final se quedó en nada. Hay muchos equipos interesados en llegar al 'sprint'.