Síntomas de la infección por Salmonella
Diarrea, fiebre, dolores de cabeza y cólicos abdominales son los síntomas más frecuentes de esta 'intoxicación'. Suelen durar varios días, entra 4 y siete, y , aunque muchas personas mejoran sin tratamiento se puede agravar en algunas, sobre todo en ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas. Se pueden dar casos graves que necesitan de antibióticos –tratamiento específico que pondrá el médico–.Sobre todo cuando llega el calor nos preocupamos más de la Salmonella, esa enemiga del verano contra la que conviene extremar las precauciones. Por eso evitamos comer productos hechos con huevo (mejor huevina) como las socorridas tortillas y los platos que lleven mahonesas caseras.
El motivo no es que la Salmonella solo pueda darse en verano, sino que las altas temperaturas pueden favorecer su multiplicación, pero no es exclusiva de estas fechas. Tampoco lo es de los huevos, pero como esta bacteria se suele encontrar más en las aves, mejor prevenir y conservar los huevos en el frigorífico, no cascar el huevo en el recipiente que se vaya a usar para cocinarlo, evitar que caigan cáscaras a la yema o la clara y lavar su cáscara inmediatamente antes de ser utilizado (nunca antes).
Pero el género Salmonella comprende bacterias Gram-negativas que causan enfermedad en humanos y animales tras el consumo de alimentos y de aguas contaminadas, por eso a veces se da también en frutas y verduras (siempre hay que lavarlas bien con agua portable).
La especie Salmonella enterica está integrada por más de 2.000 serovares o tipos de organismo infeccioso, e incluye todos aquellos que producen enfermedad.
Una vez atraviesa el estómago, la bacteria penetra la barrera epitelial del intestino, tras lo cual es capaz de invadir otros tipos celulares como los fibroblastos. Debido a su capacidad de sobrevivir allí, la bacteria utiliza células del sistema inmune de vehículo para dispersarse por la sangre y órganos internos.
Una de las características principales de estas bacterias patógenas es su capacidad para inducir de forma activa su ‘ingestión’ por cualquier tipo celular eucariota. Distintos estudios apoyan modelos de mayor o menor tasa de crecimiento o supervivencia intracelular dependiendo del tipo celular infectado.
Ahora, un trabajo, publicado por investigadores de la UAM, el CNB y la Universidad de Sevilla, contribuye a explicar por qué la Salmonella se encuentra entre los patógenos con mayor predisposición a permanecer de forma asintomática en humanos y animales.
La importancia del trabajo radica en que la Salmonella se encuentra entre los patógenos con mayor predisposición a permanecer de forma asintomática en humanos y animales. De hecho, este es uno de los fenómenos que explica su éxito y su alta incidencia en brotes infecciosos de origen alimentario. Un ejemplo llamativo es el manipulador de alimentos que pudiera estar infectado con Salmonella y no muestra ningún signo de enfermedad.
La investigación
¿Qué hace que la bacteria tras invadir un determinado tipo celular adquiera la capacidad para proliferar en su interior, permanecer en un estado latente o sucumbir al ataque antimicrobiano de la célula eucariota?
La ‘conversación’ entre la bacteria y la célula infectada se establece, entre otros elementos, a través de los denominados ‘sistemas de secreción tipo III’ que se ensamblan en la pared del patógeno a modo de jeringas moleculares que inyectan proteínas a la célula eucariota. Este fenómeno ocurre durante el proceso de invasión, siendo fundamental para que la bacteria sea ingerida, y también durante el ciclo de infección intracelular.
A pesar de haberse caracterizado en gran detalle el ensamblaje y funcionamiento de estas ‘jeringas moleculares’, no existe hasta el momento información sobre el repertorio de factores de virulencia que estos sistemas secretan en distintos tipos celulares. «Estableciendo una analogía, se conocerían el tipo de cañones que la bacteria utiliza durante la entrada y la vida intracelular, pero no el tipo de munición y número de balas que se emplean», según explican fuentes de la Universidad Autónoma de Madrid.
Distintos tipos de munición
En un trabajo reciente se analizó la actividad del sistema de secreción tipo III utilizado en la infección intracelular (de fibroblastos) por Salmonella enterica serovar Typhimurium.
Al contrario del comportamiento observado durante la infección de otros tipos celulares, esta infección del fibroblasto culmina con una población homogénea de bacterias intracelulares que persisten en un estado de ‘no-crecimiento’ por un prolongado período de tiempo y que no utilizan la misma munición en todas las células que infecta.
Estos resultados demuestran que, dentro de la familia de proteínas que habían sido demostradas como sustratos del sistema de tipo III en macrófagos o células epiteliales, S. enterica utiliza solo algunas de ellas cuando permanece en 'estado de no-crecimiento' dentro del fibroblasto.
Esta observación indica que la bacteria intracelular no utiliza la misma munición en todas las células que infecta.
En su conjunto, esta y otras observaciones hechas por los investigadores tienen trascendencia en el ámbito de sanidad humana y animal dado que establecen un mecanismo por el cual la bacteria reconoce el tipo celular infectado, y de darse las condiciones idóneas, establece un estado de persistencia en el individuo.
Los datos obtenidos en este estudio también permiten predecir su potencial aplicabilidad en el campo clínico para el desarrollo de nuevas terapias preventivas que disminuyan la tasa de infecciones asintomáticas.
El trabajo, publicado en la revista ‘Infection and Immunity’, ha sido llevado a cabo por los grupos de la doctora María Graciela Pucciarelli, en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid, del doctor Francisco García del Portillo, en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, y del doctor Josep Casadesús, de la Universidad de Sevilla.