Su enorme porcentaje de acierto en el remate, con Torres, Maxi y el emergente Valera en estado de gracia, y la candidez de un Málaga a la deriva permitieron al Atlético disfrutar de su paseo más plácido de la temporada en una tarde-noche de perros. Resolvió la cita con dos goles del Niño antes de los diez minutos y luego goleó a pesar de pensar mucho más en el derbi del próximo fin de semana que en los costasoleños. Llegará al Bernabéu acariciando la zona europea y con seis victorias consecutivas en su casillero, marca que no alcanzaba desde la temporada 91-92, con Luis Aragonés en el banquillo.