Cinco jornadas sin probar el sabor de la victoria para un equipo que está acostumbrado a alimentarse de triunfos, es un bache, una dieta, o como se le quiera llamar. Desde el club no se quiere reconocer el bajón que el equipo ha sufrido en el último mes, pero es algo objetivo y evidente. Tres empates y dos derrotas han convertido el mes de enero en una tremenda rampa, que los azulinos han sido incapaces de escalar. Otra cosa es que llegue a ser normal. No es lógico conseguir tantos puntos en tan poco tiempo, y estos últimos resultados bajan a la tierra a una afición que ahora vuelve a recordar la crudeza y la dificultad de la Segunda División.