El Real Madrid respondió a la lucha que le planteó el Athletic y al igual que ocurrió hace un mes en la Copa, salió triunfante del temible San Mamés, un campo donde no ganaba en la Liga desde hace siete años. El Athletic tuvo otra vez como verdugo a Robinho, autor del tempranero gol y de la asistencia a Raúl Bravo en el tiempo añadido. El duelo fue muy incómodo para el Madrid, que se tuvo que entregar físicamente y obtuvo así una trabajada victoria que hunde aún más al limitado y ansioso Athletic y deja a los blancos a siete puntos del Barça a la espera del partido del líder en Mestalla. Tras el desastre copero de La Romareda, el Madrid aguantó ante un Athletic muy necesitado de forma notable en defensa y no renunció nunca a la batalla, aunque no brilló en ataque. Ante un rival en descenso tuvo que cambiar la clase por el trabajo y el oficio.