El morritos Jagger y sus satánicas majestades pusieron la nota musical -descafeinada y floja, por cierto- a la victoria de los Pittsburgh Steelers sobre los Seattle Seahawks en la 40 edición de la Super Bowl, el mayor acontecimiento deportivo y publicitario de Estados Unidos que el domingo fue visto por unos 90 millones de espectadores. En el descanso, sobre un escenario en forma de lengua -símbolo distintivo de la banda-, los Rolling Stones se arrancaron con los contorneos y quiebros pélvicos de Mick, ¿a sus 62 años!, pero algo fallaba. Pues bien, resulta que dos de las tres canciones que interpretaron los dinosaurios del rock en el Ford Field de Detroit fueron censuradas en la cadena ABC por ser «sexualmente explícitas». El pecho de Janet Jackson volvió a la memoria del respetable público.