La diligencia que el pasado mes de octubre salió de Sanlúcar de Barrameda, para cruzar toda España hasta Santander, -atravesando la Península de Sur a Norte, por el Oeste, de forma paralela a la antigua Ruta de la Plata- llegó ayer a su destino, en el Palacio de la Magdalena, donde fue recibida por una docena de jinetes a caballo y varios ciudadanos de la capital cántabra. Su propietario, el cántabro Francisco Somarriba, consiguió así esta «aventura» que parecía el 3 de octubre «casi imposible» y con la que ha pretendido reivindicar el uso de las cañadas, las veredas y los caminos de herradura en la época en la que la apuesta son las grandes infraestructuras de comunicación.