Las carreras de motos no obeceden a lo racional, pero tampoco a lo espiritual, y la lucha por el Mundial tuvo al final más peso que el pretendido homenaje de Takaaki Nakagami a Shoya Tomizawa. El japonés quiso brindarle una victoria a su malogrado compatriota, pero tuvo que hacerlo desde el segundo lugar del cajón, ya que Pol Espargaró aprovechó una oportunidad de oro para recortarle un buen puñado de puntos a Scott Redding en la general.
La salida no ofreció grandes cambios respecto a la jornada del sábado, salvo que Nakagami fue quien se ancló a la rueda de Pol mientras que Tito Rabat no encontraba sensaciones para plantarles cara. El nipón puso tierra de por medio, algo relativamente habitual, pero no asustó a nadie ya que en las últimas vueltas hace patente su irregularidad y suele venirse abajo. Misano no fue una excepción. Mientras Scott Redding se quedaba varado en un grupo en el que Aegerter casi lo manda al suelo, por delante Espargaró iba limando su desventaja décima a décima.
Las pizarras echaban humo, y los nervios se apoderaron del garaje de Pons, que veía cómo 'Polyccio' se lanzaba a por los 25 puntos mientras que Redding peleaba por ser entre quinto y séptimo, quedándose con la sexta posición en la línea de cuadros.
Por delante, Pol Espargaró dio caza a Nakagami a falta de tres para el final, y éste no pudo oponer ningún tipo de resistencia. Todo fueron lágrimas, las de Nakagami por Tomizawa, poniendo la piel de gallina a todos los presentes en el circuito, y las de Aleix Espargaró en el 'box' de su hermano sabedor de lo importante de su triunfo.
Ahora, tras la victoria de Pol, el Mundial vuelve a pintar algo mejor para los intereses españoles