Marc Márquez dio este viernes un golpe sobre la mesa en los primeros entrenamientos del GP de la Comunidad Valenciana al ser el mejor en las dos tandas disputadas. Comandó de principio a fin sin dejar lugar a ninguna duda sobre su estado forma o el miedo a ganar que pudiera tener de cara a este fin de semana. El único que podría arrebatarle el título mundial, Jorge Lorenzo, estuvo al mismo tiempo cerca y lejos. El mallorquín ocupó el segundo y tercer lugar en la FP1 y FP2, respectivamente. Sin embargo, rodó una décima y media más lento que el de Cervera, demostrando de esta forma que el circuito de Cheste se amolda mejor a la Honda que a la Yamaha. Un hándicap más al que tendrá que hacer frente Lorenzo, al que sólo le vale ganar y que su máximo rival no quede entre los cuatro primeros si quiere volver a ganar el cetro que acredita al mejor piloto de la temporada.
La superioridad del catalán en el Ricardo Tormo quedó reflejada en el rostro de Lorenzo durante algunos momentos de su estancia en el box. Al balear se le vio contrariado y haciendo gestos evidentes de enfado hacia los mecánicos e ingenieros de la marca nipona, sin saber muy bien cómo reaccionar ante la frustración del líder de la empresa deportiva. A pesar de los ajustes que le hicieron en la segunda parte de los libres de este viernes, esa décima de diferencia con Márquez puede significar el comienzo del fin de una temporada repleta de altibajos para la gente de Yamaha. El infortunio ejemplificado en los ojos de Lorenzo contrarrestaba la sonrisa y alegría, pero con cautela, en el garaje de Honda. Allí no sólo Márquez se veía confiado por las buenas sensaciones de los primeros entrenamientos. También Dani Pedrosa, segundo en la última parte a tan sólo 66 milésimas de su compañero, demostró que está en buena posición para ayudar a su amigo en la lucha de ese título mundial que se está resistiendo desde hace semanas.
El resto de corredores de la plantilla vivieron como actores secundarios la gran obra protagonizada por el trío de cabeza. Álvaro Bautista logró acceder a la tercera línea de salida provisional a falta de la tanda de clasificación, muy cerca de Valentino Rossi que sólo pudo alcanzar el cuarto puesto a cuatro décimas del líder, mientras que Aleix Espargaró fue el mejor de las CRT, a pesar de que sufrió una caída, sin importancia, y finalizó en una meritoria decimotercera posición.
Moto3, en un pañuelo
La otra categoría que tendrá un especial interés para el aficionado del motor en Valencia es la de Moto3. En esta clase tres pilotos españoles se juegan un campeonato que hasta hace muy poco tocaba con la yema de los dedos Luis Salom. Infortunios, caídas y buenas actuaciones de unos y otros han hecho que junto al balear, Álex Rins y Maverick Viñales tengan opciones de vencer y llevarse la alegría de toda la temporada en una sola carrera.
En el primer asalto todos estuvieron con menos de una décima de diferencia, constatando el grato espectáculo que ofrecerán el domingo a los que acudan al circuito valenciano. Salom fue el más rápido en el global de los libres, aunque en la segunda tanda prefirió guardar fuerzas y quedó segundo, superado por Rins, con un tiempo de sólo 86 milésimas del que registró en el FP1 el líder de la clasificación. Viñales, el tapado según muchos del grupo de favoritos, quedó por encima de una décima de los registros de sus rivales.
En Moto2, con todo decidido a favor de Pol Espargaró, el duelo de éste con Tito Rabat fue la mejor noticia que deparó el día en la categoría. Ambos se mostraron seguros y rápidos en los ensayos, reconociendo que quieren vencer en la última prueba de la temporada y despedirse de esta forma con un buen sabor de boca. La primera actuación en esta lucha se la llevó el campeón del mundo de la segunda clase del motociclismo, pero a escasas milésimas se quedó un Rabat que promete batalla.
