Jorge Lorenzo no va a entregar su corona tan fácilmente. El actual campeón del mundo tiró de galones en Silverstone y se impuso a un Marc Márquez que corrió después de dislocarse un hombro en el warm up.
Fue una carrera heroica la de MotoGP en el Reino Unido, dentro de un Mundial en el que tanto Márquez como Lorenzo se merecen todos los honores. El primero porque no se le puede exigir nada, es su año de debut, y sin embargo lo está entregando todo. Un hambre voraz le impide conformarse con nada, ni lesionado. Se lanzó sin pestañear a por la victoria a falta de dos vueltas para el final, pero se encontró con un Lorenzo que sabía que el trazado inglés tenía que ser un 'morir o vencer'. Le devolvió la estocada, le enseñó sus galones y le hizo comprender a Marc Márquez a la fuerza, la única forma, que esta carrera iba a ser suya.
Tras ellos, Dani Pedrosa se cortó en la salida. Se puso sexto, detrás de Crutchlow, y se recompuso hasta la tercera plaza. Para entonces el dúo de cabeza ya le había metido más de segundo y tuvo que remontar. Llegó a su rueda, pero se quedó ahí. A posteriori echó la culpa de su pasividad a haber quemado el neumático en la remontada, pero la imagen fue la de un piloto que observa en tercer plano la lucha por el campeonato. Sigue sumando, eso sí.
Por detrás Valentino Rossi volvió a entrometerse en el camino de Álvaro Bautista e impidió, por segunda semana consecutiva, el póker español, algo inédito en toda la historia de la competición y que tendrá que esperar al menos otros quince días. Dos semanas que le vendrán muy bien a Márquez para recuperarse física y moralmente del revolcón en Silverstone.