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Miércoles, 24 de mayo de 2006
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Serbia acata la decisión tomada por Montenegro a favor de la independencia
«Yo apoyé la preservación de un Estado único, pero como presidente de un país democrático reconozco la libre voluntad de los ciudadanos»
Serbia acata la decisión tomada por Montenegro a favor de la independencia
El primer ministro de Montenegro, Milo Djukanovic, a la izquierda, saluda a un seguidor en un acto celebrado el lunes en Cetinje. / REUTERS
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En una delicada decisión, que aleja el peligro de un nuevo conflicto entre Serbia y Montenegro, el presidente serbio, Boris Tadic, reconoció ayer los resultados del referéndum realizado el domingo pasado y que concluyó con una frágil victoria de los partidarios de la separación. La valiente postura del mandatario fue imitada también por el primer ministro, Vojislav Kostunica, quien admitió que su Gobierno está dispuesto a reconocer la independencia de Montenegro y prometió que la división no causará problemas entre los dos países

La declaraciones de Tadic y Kostunica, que habían guardado un prudente silencio el lunes, una posición que hizo creer que Belgrado se preparaba para rechazar el triunfo del «sí», pone fin definitivamente a la unión de Serbia con Montenegro y abre un nuevo y esperanzador capítulo en la violenta y trágica historia de los Balcanes.

«Yo apoyé la preservación de un Estado único, pero como presidente democrático de un país democrático, reconozco la expresión de la libre voluntad de los ciudadanos montenegrinos», dijo el mandatario, el primer político serbio de alto rango en aceptar la voluntad popular de Montenegro.

«Como presidente de Serbia, acepto los resultados oficiales preliminares del referéndum», añadió Tadic, quien también pidió a los responsables de la Comisión Electoral que resuelvan rápidamente las objeciones formuladas al recuento por el bloque proserbio montenegrino para eliminar todas las dudas posibles.

En otro gesto que sólo augura un futuro mejor para los dos países, Tadic exhortó a los montenegrinos a tenderse mutuamente la mano de la reconciliación y manifestó que haría todo lo posible para eliminar las barreras y muros entre las dos naciones. «Montenegro tendrá un amigo fiable en Serbia, tanto política como económicamente», prometió.

Se declaración tuvo lugar poco después de que la Comisión Electoral diera a conocer los resultados preliminares definitivos, que fueron anunciados ayer por el presidente de la misma, Frantisek Lipska. Durante una multitudinaria rueda de prensa celebrada en Podgorica, el diplomático eslovaco anunció que la opción independentista había obtenido el 55,5% de los votos, mientras que los partidarios de mantener la unión con Serbia lograron un 44,5%.

El presidente de la Comisión también señaló que la institución no había recibido ninguna denuncia por posibles irregularidades, una observación que posiblemente convenció al presidente de Serbia a reconocer públicamente el triunfo de los separatistas.

En la tarde del lunes, el país vivió momentos de incertidumbre cuando el bloque a favor de la unión con Serbia anunció que no aceptaba los resultados y que exigía un recuento de todos los sufragios emitidos el domingo y una revisión de la lista de ciudadanos con derecho a voto residentes en el exterior que participaron en el referéndum.

Pero el peligroso intento de impugnar el resultado de la consulta popular resultó ser sólo una declaración política que no fue acompañada por ninguna acción legal. Aun así, el plazo para presentar quejas ante la Comisión y los tribunales vence el próximo sábado.

Las declaraciones del presidente serbio y el anuncio de los resultados preliminares oficiales ponen fin definitivamente a la unión entre Serbia y Montenegro y allanó el camino para que la pequeña república balcánica inicie los preparativos para convertirse en el Estado más joven.

Momento delicado

Pero la histórica separación se produce en un momento particularmente delicado para Belgrado, inmerso actualmente en una difícil negociación con los albaneses de Kosovo para definir el estatuto final de la provincia serbia.

Las autoridades serbias temen que la fiebre separatista de Montenegro contagie a sus enemigos de Kosovo, que podrían exigir a la comunidad internacional el derecho a convocar ellos mismos una consulta popular para buscar la independencia de la provincia. El temor de los serbios se vio confirmado el lunes, cuando el primer ministro de Kosovo, Agim Ceku dijo que esperaba que la provincia de mayoría albanesa pudiera hacer lo mismo antes de finales del año.



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