El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, cerró la crisis gubernamental abierta tras la destitución de seis consejeros de Esquerra con la designación de tres nuevos miembros de su Gobierno, todos socialistas. El jefe del Ejecutivo dejó sin cubrir el puesto de primer consejero para evitar lecturas sobre su posible delfín sucesor si decide no presentarse a las elecciones anticipadas de otoño próximo. La remodelación, en cambio, deja un nuevo hombre fuerte en el Ejecutivo autónomo, Joaquim Nadal, uno de los más claros exponentes del ala nacionalista del PSC, y que ahora suma la Consejería de Presidencia a sus funciones de portavoz y responsable de Obras Públicas.