Cuatro británicos, tres franceses, dos australianos, dos belgas, un ruso, un canadiense.. Las nacionalidades de los presos de Guantánamo abarcan desde Maldivas a Bangladesh, pasando por casi todo el mundo árabe y buena parte del occidental. Muchos de sus gobiernos se enteraron ayer, al publicarse por primera vez los nombres de los detenidos, del verdadero número de ciudadanos que tienen en ese agujero negro.
No son los únicos. Al ver la lista, probablemente muchas familias se enterarán del paradero de sus seres queridos, desaparecidos durante más de cuatro años, según dijo a la agencia Associated Press la portavoz de la Cruz Roja Internacional Antonella Notari, el único organismo al que se le había permitido el contacto directo con los presos, gracias al mandato que le da la Convención de Ginebra y bajo promesa de mantener la confidencialidad y discreción.
Aparentemente el más airado de los cuarenta países involucrados es Pakistán, aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo de Al-Qaida y, en particular, en los combates contra los talibanes de Afganistán. Según fuentes del Ministerio del Interior paquistaní, que prefirieron declarar a la prensa estadounidense desde el anonimato, apenas el mes pasado Washington aseguraba que sólo tenía en Guantánamo a siete de sus nacionales, cuando la lista demuestra la existencia de dieciséis. «Es un hecho que EE UU nos ha estado ocultando información», dijo indignado el diplomático a la cadena CNN.
Los chinos
China, que se ha encontrado en la lista con veintidós de los suyos, tuvo ayer la oportunidad de pedir personalmente al presidente George W. Bush su extradición, al coincidir la publicación, requerida legalmente por la agencia AP de acuerdo con la ley de Libere Información, con el encuentro entre el mandatario estadounidense y el presidente Hu Hintao. Según Pekín, diecinueve de estos presos pertenecen a un «violento movimiento islámico» llamado Uighur.
La portavoz del Departamento de Estado Sandra Hodgkinson dijo desde la Embajada estadounidense en París que su país está dispuesto a deshacerse de un centenar de detenidos de Guantánamo, tan pronto como llegue a acuerdos con sus países de origen o terceros países dispuestos a acogerlos. Según las fuentes del Departamento de Defensa, anteriormente se han liberado a unos 250 cuyos nombres se desconocen, de los que quince habrían vuelto «al campo de batalla», según EE UU. Hodgkinson sostiene que algunos países «no quieren tenerlos», y puso como ejemplo a Afganistán. Este país, donde fueron detenidos la mayoría de los presos que aún quedan en Guantánamo, encabeza la lista por nacionalidades con 125 prisioneros.