Asus 74 años, Françoise de Staël, modelo y abuela, desfila para el estilista John Galliano y aparece en paneles publicitarios del metro parisino para destacar los méritos de una marca de agua mineral. Con su cabello blanco y todas sus arrugas , forma parte de un número creciente de modelos contratadas para hacer publicidad o reflejar la realidad de una población que envejece. «La sociedad ha cambiado, nos hemos hecho más viejos y las personas de la tercera edad también necesitan y desean verse representados en la publicidad», estima Sylvie Fabrégon, que el año pasado creó en París una agencia de maniquíes mayores de 60 años. Ahora dispone de más de 600 nombres en su fichero y las peticiones le llueven de todos los sectores.
En una sociedad en que las mujeres se aplican en el rostro cremas de noche y de día, y se tiñen el cabello hasta en edad avanzada, Unilever decidió saltar el tabú y celebrar abiertamente las arrugas de la piel. Y antes lo habían hecho las textiles, con el modisto español Adolfo Domínguez.
El año pasado, Irene Sinclair se convirtió a los 96 años en el nuevo rostro del jabón Dove en las paredes de Londres, Nueva York y París. Llevaba un echarpe con la inscripción muy visible: «¿Arrugas? Magnífico». «Nunca me encontré bella a lo largo de mi vida, pero ahora sí. Porque envejezco con gracia», dice.
Para Françoise de Staël envejecer es también cuestión de actitud. «Las arrugas reflejan tu vida y tu personalidad», dice en una entrevista en la agencia, donde el teléfono no para de sonar. «No puedo decir que esté orgullosa de ellas, pero están ahí. Es un proceso irreversible y una vez que lo aceptas, te sientes mejor contigo misma», explica.
A la edad de 68 años, tuvo que buscar trabajo después de haber sido modelo y de haber estado inactiva durante veinte años. «Seguiré trabajando mientras pueda», asegura, aunque las largas jornadas de casting y de sesiones fotográficas sean a veces agotadoras. Prefiere seguir activa porque cree que es bueno para la moral. Abuela de cuatro nietos, recibió hace poco una propuesta para posar desnuda, pero la rechazó.
La hora del 'daddy-boom'
Hemos pasado del baby-boom al daddy-boom, estimaba el sociólogo Serge Chaumier en una conferencia organizada por el portal cibernético de encuentros Match.com. Las personas mayores de 60 años representaban un 21% de la población francesa en 2005, proporción que debería duplicarse de aquí a 2050, y los mayores de 65 años deberían representar un 10% de la población mundial en 25 años. Además, los seniors constituyen en las sociedades un grupo creciente de consumidores con buenos ingresos.