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Lunes, 3 de abril de 2006
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OPINIÓN
MANOLO CASAL Y MODESTO BARRAGÁN PERIODISTAS
«La televisión ha hecho con el Carnaval la mejor operación de imagen de Cádiz»
«La televisión ha hecho con el Carnaval la mejor operación de imagen de Cádiz»
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- Habéis presenciado en primera fila, incluso es exacto decir que habéis protagonizado, el fenómeno mediático del Carnaval. ¿Cómo ha sido?
- Manolo Casal. Yo creo que el Carnaval de hoy ya no se entiende sin la televisión y que en gran medida el Carnaval es lo que es por la contribución de la televisión, que ha sido decisiva para su expansión y para su conocimiento.
- ¿Os costó trabajo vender la idea? Porque es una fiesta local con unas claves tan cerradas que muchas veces no se entiende fuera, ni si quiera la pronunciación, la estética no es especialmente atractiva...
- M.C. La diferencia entre lo que se hacía antes de que nosotros empezáramos a hacer Carnaval y lo que se hizo después fue que le dedicamos a la fiesta de Cádiz en la televisión muchos más minutos que en toda su historia. Hasta entonces, nosotros como aficionados habíamos vivido el déficit, las carencias que tuvieron las primeras retransmisiones de TVE y la aparición de Canal Sur lo único que garantizó realmente fue la transmisión en directo e íntegra de la fiesta. Nosotros, que veníamos casi de dentro del Carnaval, que éramos muy aficionados, además de periodistas, tuvimos la fortuna de estar en el sitio justo en el momento adecuado y convencimos a nuestros responsables de que la fiesta de Cádiz era una cosa muy auténtica, que era una gran desconocida. Nos permitieron trabajar alrededor de una idea, que era El Tangai y que consistía en enseñar Cádiz como Cádiz era, dejar que Cádiz se contara a sí misma, con sus personajes; que se le diera importancia al Carnaval que se escribe y que se canta, que el Carnaval no era sólo cachondeo mejor o peor entendido, sino que la veta humorística de Cádiz tenía una profundidad que no conocía el gran público de Andalucía Nosotros abrimos la ventana y enseñamos Cádiz de otra manera, y la gente, sobre fuera de Cádiz, nos agradece que han descubierto un mundo nuevo, han descubierto otro Cádiz. Muchas veces le digo a Modesto que creo que todo esto que se ha hecho desde la televisión alrededor del Carnaval ha sido la mejor operación de imagen de la historia de Cádiz.
- ¿Cómo han cambiado las características de la fiesta a partir de entonces?
- M.C. Todo tiene sus pros y sus contras y ha habido perversiones, que hay que reconocer, lógicas cuando se trata de un medio de comunicación de masas tan potente como es la tele, y eso tiene repercusiones inmediatas en el interés que despierta la fiesta, en la cantidad de gente que quiere vivirla y viene a Cádiz, y en que no se interprete adecuadamente su papel, no se respete, y haya gente dentro de la fiesta que se quiera aprovechar de esa presencia.
- ¿No creéis que ha contribuido a convertir lo que era una fiesta concreta, marginal, en una temporada del año, en algo cargado de unos significados, de una inflación, por así decir, que realmente no le correspondían?
- Modesto Barragán. Yo creo que eso era inevitable. Cuando un fenómeno de masas como la televisión entra a saco en una fiesta tan particular como el Carnaval de Cádiz, y lo hace no más importante pero sí más conocido y más popular, era inevitable sin duda que se produjera ese fenómeno. Y nosotros éramos conscientes de eso, por eso ha habido una forma de hacer televisión en el Carnaval de Cádiz en los primeros años cuando aparece la idea del Tangai, y hay una forma de hacer televisión en el día de hoy. Por eso es tan difícil concebir la idea de un Ritmo del Tangai segunda parte, como nos piden tantísimos aficionados fuera de Cádiz. Porque ahora mismo en Cádiz el Carnaval se entiende de otra forma desde el punto de vista de los medios de comunicación.
- ¿Cuál ha sido la aportación de aquella época?
- M.B. Que el Carnaval de Cádiz se le explica a la gente, y la gente lo entiende. Y la gente comprende, que esos artistas que hacen maravillas en el escenario, y que firman autógrafos después gracias a la televisión y se hacen fotos como si fueran grandes famosos y grandes artistas, estos tíos se levantan por la mañana a trabajar, o están parados, o hay un informático, o es un funcionario. En El Tangai contamos el Carnaval de forma diferente. Hasta en las presentaciones. Antes de nosotros, en el Falla, en la radio y en el escenario, se presentaba a las agrupaciones con el típico: «A continuación la comparsa gaditana, tal, tal, con letra y música de». Nosotros no nos limitamos a eso, nosotros vamos mucho más allá y contamos la interioridades de la agrupación, a qué se dedica fulano, qué anécdotas se ha producido aquí o allí...
- Luego llega internet y el satélite y marcan otra inflexión ¿Cómo?
- M.B. Yo creo que la primera revolución es con El Ritmo del Tangai, eso es indudable, lo hemos notado en nuestras propias carnes, incluso desde el punto de vista profesional, y después llega el satélite e internet, esa es la segunda revolución. Y estamos en la tercera, que es la revolución de los derechos, de qué pasa con el concurso, quién debe entrar, qué se puede emitir, qué se puede grabar. Estamos ahora en una situación muy parecida al tema del fútbol, porque se está aplicando la ley de espectáculos absolutamente en todo, desde la taquilla hasta el fallo del jurado.
- Detengámonos un poquito en la segunda. ¿Hasta donde llega el eco de vuestro trabajo, el eco del Carnaval?
- M.C. La cobertura de nuestra televisión es autonómica, pero a través del satélite llegamos a las tres cuartas partes del mundo. Y a través de internet y con el uso de nuevas tecnologías desde cualquier rincón del planeta se puede escuchar el Carnaval de Cádiz en cualquier momento. Eso lo tenemos testado, que hay gente que escucha Carnaval en Abu Dhabi, no sabemos quién es, pero debe ser español, andaluz, de Cádiz, alguien que está allí por razones de trabajo, o de vida familiar o lo que sea, pero hay alguien que oye el Carnaval de Cádiz desde Abu Dhabi, en Canadá, en Australia. El año pasado hubo más de 70.000 personas que se engancharon en algún momento de la final a nuestra señal en internet.
- M.B. Te mandan correos que se te caen las lágrimas.
- ¿Sí? ¿Por qué?
- La gente es muy agradecida, porque tú le estás enseñando algo que ellos echan de menos, o que no conocían, o que tenían alguna referencia de eso y ven allí, ven a España. Otra cosa que a la gente le llama mucho la atención de Cádiz es la cantidad de talentos que hay, tanta capacidad para decir tantas cosas, tanta capacidad para cambiar.
- Pero ¿qué les gusta realmente?
- M.C. Les gusta que eso lo haga gente anónima, que lo haga gente de la calle. Gente que podían ser ellos mismos. Lo más atractivo del Carnaval de Cádiz es que es una fiesta del pueblo, y claro el problema que tenemos es que todo se quiere asegurar, todo se quiere controlar, todo el mundo quiere mandar.
- Sí, la tercera fase.
- M.C. Y al final las cosas se arreglan cuando se vuelve al principio, y en situaciones de crisis hay que hacerlo ¿cuál era la idea principal? ¿cuándo empezó esto? ¿para qué? ¿cuáles eran los objetivos?
- M.B. De hecho, en las puestas en escena y en los repertorios estamos asistiendo a una vuelta al origen. Están triunfando ahora algunas que hacen una puesta en escena sencilla, un repertorio simple desde el punto de vista de la escenificación, de las voces, etc. Y, bueno, a lo mejor en los medios de comunicación deberíamos empezar a retrotraernos en el tiempo ¿no?
- M.C. La repercusión nunca deja de sorprenderme. Por razones de trabajo tengo que viajar bastante, a mí me reconoce la gente donde esté, si me encuentro a alguien, o alguien le suena mi cara y acaba diciéndome el tío: «Eres el del Carnaval de Cádiz».
- Bueno tú me contaste de haber ido a una comparecencia del Parlamento andaluz, en tu calidad de director de Canal Sur Radio, y haber escuchado de un diputado: «¿Tú que haces aquí, si tú eres el del Tangai?»
- M.C. Efectivamente.
- M.B. Eso, que es una alegría, muchas veces dentro y fuera de la casa es un problema. Porque nosotros nos dedicamos, bueno Manolo es director de Canal Sur y está todo el día gestionando mil cosas, pero yo me dedico a los informativos durante los 365 días del año, y yo haga lo que haga yo soy el tío del Carnaval, porque es tanto el poderío que tiene la televisión, mira que hacemos son 6 ó 7 programas al año, no hacemos más ¿eh?, lo que pasa es que son programas que tienen muchísima audiencia, y la gente ya te conoce como el tío de Carnaval para todos los restos. Yo siempre cuento que, siendo redactor, fuí a cubrir una huelga de la gente de Comes. Estaban con una pancarta en la puerta, insultando a la dirección de la empresa, y cuando yo modestamente aparezco con mi cámara, empiezan a decir: «¿qué guay, la gente del tangai!». ¿Y estaban pidiendo nóminas!
- M.C. Yo estaba almorzando el otro día en Barcelona y había una mesa que no paraba de mirarme, y yo ya intuía por lo que era, pero el hombre no se pudo aguantar, y viene, se acerca y me dice: «Dígame usted cuál es la chirigota que hay que escuchar este año».
- También hay críticas ¿no? Otros sectores de Andalucía dicen que por qué tanto, e incluso hay muchos gaditanos a los que repatea un poco que se les identifique con esa imagen sólo del Carnaval ¿Qué opináis?
- M.C. Nosotros no estamos más que reflejando la realidad de una fiesta, en la que lo único que ha pasado es que han entrado los medios de comunicación a saco, probablemente se ha sobredimensionado en uno de sus aspectos, el más controlable que es el del concurso, porque la fiesta de verdad no es la del Falla, la fiesta de verdad está en la calle. Entonces nosotros, la prensa escrita, la radio y la televisión, estamos pendiente del concurso, ¿por qué? Porque está en el mismo sitio, porque es controlable, porque puedes hacer una previsión, y porque además las letras te dan la oportunidad de trabajar contenidos. Pero nuestra intención no es pontificar al creador de nada, ni trabajar el tópico, ni mucho menos, simplemente dejar que Cádiz se exprese como es. Somos exclusivamente mensajeros, lo que sale es lo que Cádiz quiere que salga, si eso es cutre, si eso es malo para la imagen de Cádiz, será culpa de Cádiz.
- M.B. Hay que tener en cuenta una cosa, que nosotros lo que hacemos es una retransmisión de lo que hay en el escenario, o sea nosotros para nada influimos en el concurso en el sentido de que queramos hacer espectáculo de lo que ocurre en el Falla con los criterios de un programa de televisión, no modificamos lo que ocurre ahí, son los autores y el Carnaval los que deciden.
- M.C. Hay una idea muy equivocada de la influencia de Canal Sur en el concurso. Canal Sur es la única empresa, el único medio de comunicación que paga por hacer el concurso, el único que aporta una importante cantidad económica, pero Canal Sur ni ha tenido, ni tiene, ni tendrá influencia alguna en agrupaciones que pasen o no pasen de una fase a otra, que lleguen o no lleguen a la final, órdenes de actuación, horarios, días de concurso, y qué ocurre, pues que hay gente especialmente interesada, sobre todo los autores que fracasan, en culpar de manera automática a Canal Sur y ponerle a Canal Sur ese halo de mano negra, de influencia en la que no tenemos nada que ver. Si no, que se lo pregunten a Valdivia, a ver quién manda aquí ¿no?
- Ha desaparecido mucho la letra en clave local.
- M.B. Ahí si se ha notado, eso es digno de estudio, cómo se han modificado los repertorios de algunas agrupaciones, los temas que se tratan, las puestas en escena, los forillos, las presentaciones, todo eso se ha hecho mirando sobre todo a la televisión, a pesar de que no puntúa en el concurso, porque para algunas agrupaciones es tanto o más importante pasar a la final como gustar al público en televisión porque los contratos vienen por ahí.
- ¿Ese es el tema, los contratos?
- M.C. Ha disparado también la creatividad de la gente, las escenografías se han hecho mucho mejor a partir de la tele, antes no se cuidaban tanto los forillos, y eso no es malo, todo lo contrario, es en enriquecedor.
- M.B. Hay agrupaciones que dejan los repertorios más locales para las clasificatorias donde no llega Canal Sur, y los repertorios más potentes o de lectura más amplia para semifinales o para la final.
- ¿Cómo vivís esta fase de, digamos, despegue del negocio? ¿Notáis presión, no sé, si le das tres minutos a uno?
- M.B. Sí, esas protestas existen, siempre hay alguna agrupación que dice: «¿Por qué anoche no me pusiste más que un pasodoble, o nada más que un cuplé?» Tratas de explicárselo, si lo entiende bien, y si no lo entiende pues vaya por Dios, y a veces nos hemos encontrado con sorpresas desagradables, pero en ocasiones son cuestiones técnicas o de tiempo, y claro eso al que ha estado ensayando seis meses al año y lleva en vena el tema de la comparsa, es muy difícil hacérselo entender.
- M.C. Pero ahí no aciertas nunca porque no hay una opinión unitaria, el colectivo de autores es lo más disperso del mundo. Hay gente que te recrimina el que no le has puesto determinada letra, o que se la hayas puesto, porque si le pones todo su repertorio, hay uno que te felicita, pero otro te quiere matar porque ya no va a vender las mismas cintas o los mismos cedés.
- ¿Qué futuro veis a la presencia de los medios en el concurso?
- M.B. Dentro de tres años, cuando cumpla el presente convenio, creo que va a haber un cambio importante, pero ahora mismo teóricamente tiene que haber la misma tranquilidad de la que estamos disfrutando hasta el día de hoy en este año, en el siguiente y en el otro.
- M.C. Yo estoy contra la conversión del concurso en un negocio. Estoy absolutamente en contra, y creo que si eso llegara a producirse, lo que habría es que quedarse sin concurso, y volver como decía antes al principio, volver a la calle, y el que quiera cantar por romanticismo, por afición, porque de verdad ame a Cádiz, esto que se dice tanto en las letras, que cante en la esquina de la calle Londres, y que lo escuchen cuarenta. Porque lo escuchan cuatrocientos mil o cuatro millones es porque están aquí los medios de comunicación.
- Uno de los secretos del éxito quizá sea que el trabajo se ha abordado desde criterios profesionales, periodísticos, y no desde improvisaciones digamos, de aficionados porque evidentemente cualquiera no es periodista...
- M.B. Vaya, ese tema es muy bueno ¿eh?
- ¿Cómo os lo habéis planteado, a nivel profesional?
- M.C. Nosotros históricamente sólo hemos hecho información alrededor del Carnaval, hemos contado el Carnaval desde un punto eminentemente informativo, nunca hemos entrado a hacer valoraciones de las coplas, simplemente nos hemos limitado a definir o a referir a qué asunto local, o de otro tipo estaban tocando, nunca hemos hecho opinión.
- M.B. Sí hemos hecho un ejercicio didáctico, hemos hecho un esfuerzo por enseñar a Andalucía qué significan las cosas de Cádiz, eso sí.
- ¿Creéis que tanta información en torno al concurso está produciendo una cierta saturación en los lectores, o en los televidentes?
- M.C. Yo creo que sí. Por ejemplo, sobre la televisión, este año sería objeto de estudio. El hecho de que se transmita el concurso íntegramente por la tele no creo que sea bueno. Y ya no lo digo como profesional, ni como miembro de Canal Sur, como aficionado al Carnaval me parece que verlo todo por la tele es descubrir todas las cartas del concurso, eso es un exceso. Fíjate que aquí hemos pasado a la vuelta de una década de transmitir la final nada más, hasta este año que se va a retransmitir íntegramente por la tele todo el concurso. Bueno ahora en semifinales, se racionaliza un poquito la cosa con los resúmenes que hace Canal Sur, pero la transmisión íntegra de las preliminares es una cosa que hay que pensar seriamente.
- ¿Entonces?
- M.C. Primero, el concurso es extraordinariamente largo, innecesariamente largo probablemente, todas estas cosas están a debate, y luego hay una curiosidad: en los últimos veinte años, en el 80% de las finales han estado los mismos autores y los mismos grupos. Quiere decirse que hay unas veinte, veinticinco agrupaciones que son sistemáticamente las que pueden no llegar a la final. Si estamos de acuerdo en eso significa que hay ciento y pico de agrupaciones absolutamente prescindibles anualmente en el concurso, hay muy pocas novedades ahí, entonces por qué un concurso tan largo, por qué se acepta a cualquiera.



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