Grecia 79 – España 75
Grecia es una selección repleta de peligros y trampas. Aunque parezca desahuciada, al borde del hundimiento y en decadencia, el gen ganador que le acompaña le convierte en uno de los rivales más incómodos, molestos y engorrosos en cualquier torneo internacional. España abrió la segunda fase del Eurobasket recuperando el mal sabor de boca ya olvidado de caer ante los helenos, que volvieron a resucitar cuando se les daba por muertos.
Trinchieri tenía claro que el partido era a vida o muerte para los suyos tras las derrotas ante Finlandia e Italia de la ronda inicial, que se enfrentaba al mejor equipo presente en Eslovenia y ante el jugador más determinante del campeonato. Por eso, mostró sus cartas desde el primer segundo. Su cinco inicial parecía el habitual, el mejor que podía enseñar, salvo por un cambio significativo. El italiano dejaba en el banquillo a Bourousis, su pívot titular y el hombre que aporta a los griegos los puntos tan necesarios en la pintura, y optó por dar paso a Kavvadas, un tronco de muchos kilos y mínimo talento, que salió con la idea clara de agotar a base de golpes a Marc Gasol, bien ayudado en la empresa por sus compañeros, que centraron todos sus esfuerzos en incomodar cualquier acción del poste de Memphis. Incluso un simple corte por la zona con el tiempo parado lo convertían en una guerra.
Pero el catalán siguió con su habitual dinámica de olvidarse de todo aquello ajeno al propio juego porque, como ya había avisado, dar «leña» era una opción que sabía que sus adversarios iban a emplear. Lo que no esperaba el ‘13’ era recibir un severo castigo por parte de los árbitros. El desequilibrio evidente entre el criterio a la hora de sancionar el ataque constante contra el pívot de la bicampeona continental y la defensa de Marc acabó con el jugador español en el banquillo con tres faltas en menos de nueve minutos de encuentro.
Hasta entonces el guión de Juan Antonio Orenga se cumplía a la perfección. El equipo funcionaba atrás, con mucha actividad en el juego exterior y dominio en el rebote, transiciones fluidas y, pese al agresivo atrincheramiento del adversario, encontraba buenas soluciones en campo heleno. El equilibrio ofensivo, con el balón pasando por dentro y regresando al perímetro ya con ventaja, permitía sumar puntos con regularidad. Además, la segunda unidad hispana era especialmente efectiva.
Apagón
Pero con la salida del campo de Gasol se produjo el apagón de ‘La Roja’. Mientras se sentaba el gigante de los Grizzlies, San Emeterio lograba la máxima ventaja en el marcador (14-26). Desde entonces hasta la vuelta de ‘Big Marc’, ya en la segunda parte, los de Orenga entraron en una cuesta abajo sin freno, y un terrible parcial negativo de 27-12. Las pérdidas de balón eran constantes, los sistemas en ataque no funcionaban y los tiros no eran precisamente los más adecuados, y ni siquiera la defensa servía como punto de apoyo al que aferrarse, pese al esfuerzo de Rudy Fernández y de un intenso Víctor Claver. El alero de Portland jugó su mejor partido con la selección, aportando puntos cuando más escaseaban y con una brillante labor reboteadora (nueve puntos y once rebotes), pero resultó insuficiente.
Lo bueno es que el sol sale cada vez que el líder español pisa la pista y, tras un traumático segundo cuarto, en el que Spanoulis campó a sus anchas, todo mejoró después de tomar aire en el descanso. Con la ‘Tanketa’ volvió la normalidad y la actitud defensiva. Cierto es que costaba un triunfo anotar, pero los helenos no llegaban ni a eso. Cinco minutos estuvieron los de Trinchieri sin sumar.
El partido se movía en la esperada igualdad hasta que Marc decidió impartir un máster de recursos y técnica y, con nueve puntos consecutivos, devolvió la tranquilidad a sus compañeros.
Un triple de Rudy -el mejor de España, con 20 puntos- recién comenzado el periodo definitivo (52-60) presentaba un futuro más que esperanzador.
Pero a los griegos o los matan y entierran bien profundo o las heridas les hacen más fuertes. Más aún si la derrota les aboca al adiós en el Eurobasket. Así, liderados por la excelente lectura de juego de Spanulis y por el carácter del madridista Borousis, recuperaron el mando del partido con otro parcial sorprendente (20-6) y una nueva debacle defensiva de su rival -27 puntos recibidos en los últimos diez minutos-. V-Span controló entonces el tiempo de juego y aprovechó las evidentes lagunas del bicampeón, ayudado por un clarividente Ramos como escudero, para llevarse el duelo, cortar la racha negativa que acompañaba a Grecia en los últimos torneos internacionales ante España y complicar la vida a los de Orenga.
‘La Roja’ repitió errores de la primera fase y deberá resolver sus prolongados bajones de rendimiento -sobre todo, cuando Marc Gasol está sentado en el banquillo-, si quiere seguir aspirando al oro.
El siguiente rival será Finlandia (sábado, 17.45 horas, Cuatro), la sorpresa del campeonato que, sin embargo, fue machacada por la mejorada Croacia por 63-88.