Los planes de Meghan Markle y el Príncipe Harry se desmoronan de nuevo

Los Sussex tratan de sacar adelante su negocio tras abandonar su vida en el Reino Unido y comenzar una nueva etapa en Los Ángeles

GTRES

ABC

Desde que el pasado mes de enero anunciaran su firme decisión de dejar de ser miembros de primera línea de la Familia Real británica, Meghan Markle y el Príncipe Harry han encontrado en su nuevo camino numerosas trabas que les están impidiendo poder comenzar una nueva vida siendo completamente independientes de la institución. Desde los polémicos gastos de seguridad hasta la batalla judicial que emprendieron contra varios tabloides británicos, pasando por el pulso que, aún a día de hoy, mantienen con los paparazzi y la prensa por lo que ellos consideran un «acoso constante».

Otro de los problemas a los que se enfrentaron los Sussex tras su partida tiene que ver con la marca Sussex Royal , que pusieron en marcha cuando aún estaban completamente vinculados a la realeza y que la Reina Isabel II les prohibió utilizar precisamente por su relación con la Corona. Una marca registrada, pero también un negocio millonario que abarcaba desde fines benéficos hasta todo tipo de artilugios a la venta.

Después de la expresa prohibición de la monarca, Meghan y Harry pusieron en marcha una nueva fundación, Archwell, que se ha traducido hoy en un nuevo disgusto y dolor de cabeza. Si ya en un primer momento se enfrentaron a las duras críticas de aquellos que les acusaban de querer utilizar esta fundación para evadir impuestos y no para causas benéficas, ahora la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos ha dicho un «no» rotundo al registro de esta, tal y como afirma «The Sun» -uno de sus periódicos enemigos-, que ha hecho públicos los documentos que así lo acreditan.

Los motivos por los que el organismo pertinente ha denegado su solicitud, sostienen, es por considerar que la definición de la entidad es « demasiado vaga » y porque, además, no han pagado algunas de las tasas pertinentes para llevar a cabo el correcto registro. Se han notificado diversas irregularidades a las que se suma también una falta de coherencia por parte del matrimonio. Así, no hay vinculado un contenido web que haga referencia la parte social de la fundación, a los proyectos o a las donaciones. La solicitud, de hecho, ni si quiera estaba firmada, por lo que se ha puesto en duda su veracidad.

Con esta respuesta negativa a su marca, aún sin registrar, Meghan y Harry no pueden llevar a cabo ningún tipo de actividad relacionada con la misma, por lo que sus negocios vínculados con esta se han visto paralizados hasta nuevo aviso.

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