La carga soberanista del Estatuto vasco enfrenta a PNV y PSE
Los nacionalistas quieren abordar el debate territorial esta misma legislatura
Acabado el trabajo de los expertos juristas, el nuevo Estatuto vasco entra en una nueva fase en la que el protagonismo recae directamente sobre los partidos políticos. Tanto Andoni Ortuzar como Idoia Mendía , respectivos líderes de PNV y PSE, coinciden en la necesidad de que se abra ahora un espacio de «reflexión» para buscar acuerdos, si bien sus posiciones siguen polarizadas debido, esencialmente, a la carga soberanista que el PNV quiere verter sobre la futura norma autonómica . Pero, a pesar del llamamiento a la prudencia del Partido Socialista, los nacionalistas no están dispuestos a dejar a un lado la autodeterminación. En este sentido, su presidente advirtió ayer que no aceptarán «un “no porque no” como a los niños».
En una rueda de prensa celebrada en Bilbao, el líder nacionalista puso en valor el trabajo del experto Mikel Legarda , quien bajo su punto de vista realiza una «inteligente y viable combinación del principio de legalidad con el principio democrático». El PNV, añadió Ortuzar, «se reconoce» en un texto en el que, entre otras cuestiones, «figuran la identidad nacional de Euskadi» y «la relación bilateral con el Estado español» .
También se recoge la creación de una comisión de Concierto Político «similar a la que ya funciona y opera en el ámbito del Concierto Económico» para «garantizar» las competencias. Para futuras reformas, subrayó el presidente del PNV, Ortuzar, «estaría la consulta habilitante previa a la remisión a las Cortes Generales» del texto que se acuerde por mayoría en el Parlamento. «Y está también el derecho a decidir, cuyo ejercicio proponemos previo pacto con el Estado», destacó.
«Toque» al PSOE
En palabras de Ortuzar, es necesario ahora que los grupos parlamentarios se tomen «un tiempo de reflexión» que les permita abordar y analizar las tres propuestas de texto articulado, e incidió en que el PNV acudirá a esta nueva fase «con la mejor de sus disposiciones y la firma determinación de lograr el acuerdo más amplio». Pero añadió que los nacionalistas no aceptarán un «no porque no» a sus reivindicaciones , y reclamó al Partido Socialista «un esfuerzo» para que se hagan realidad, a poder ser, esta misma legislatura.
«Creemos que es posible y lo vamos a intentar» , apuntó el líder «jeltzale», que advirtió a los socialistas de que si pretenden tumbar su propuesta para el Estatuto vasco tendrán primero que «demostrar jurídicamente» que no tiene encaje legal. «En esta nueva legislatura se ha acabado el despachar las cosas con una frase», añadió. Se trata de un nuevo aviso a un Pedro Sánchez que es consciente de que necesitará el apoyo del PNV y del resto de formaciones «periféricas» para ser investido.
Los nacionalistas vascos mantienen su defensa de que en el País Vasco existe «una mayoría» que quiere ir «más allá» que el PSE en este tipo de cuestiones y que, dijo Ortuzar, «tampoco se puede quedar parada». De hecho, son varios los pesos pesados del PNV que han cargado contra la postura de la formación socialista, a la que acusan de «inmovilista» e incluso de «radical», como deslizó su portavoz en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban.
Maximalismos nacionalistas
Pero, aunque sí ha dado pie al fomento del ideario nacionalista a través de la «nacionalidad» vasca, el PSE sigue reacio a abordar el asunto de la autodeterminación. Idoia Mendia, que en las últimas jornadas ha endurecido su discurso contra el PNV, apuntó ayer que el del llamado derecho a decidir «no es tal derecho» , sino «una reivindicación nacionalista para decidir la independencia si se considera necesario». «Y una reivindicación de parte no se puede convertir en un derecho de todos», añadió.
Mendia declaró en la sede de los socialistas de Bilbao que «el PNV sigue empeñado en que se recojan sus reivindicaciones particulares, las de una parte de la sociedad», y añadió que es al partido nacionalista «al que le corresponde moverse de una vez». En este sentido, invitó al PNV a «no dejar pasar» la oportunidad de actualizar el Estatuto vasco sin «maximalismos nacionalistas». A día de hoy, el consenso parece inalcanzable.
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