Iglesias de Madrid
San Fermín de los Navarros: pedacito de cielo navarro en Madrid
El templo, declarado BIC desde 1995, combina los estilos neomudéjar y gótico
¡Que viva San Fermín! Siete de Julio, a la Iglesia de san Fermín de los Navarros, en el barrio de Chamberí , hemos de ir. Lancemos el chupinazo periodístico para una Iglesia real en honor de un santo de raigambre popular. Los navarros de fe y de esperanza tienen en Madrid un pedacito del cielo de su tierra, las imágenes de sus santos, el calor y el sabor que imprime la historia fecunda de recios testimonios de fe. En la calle Eduardo Dato, 10, nos topamos con un templo con la categoría de bien de interés cultural desde 1995.
Cuenta la historia, maestra de la vida, que el 7 de julio de 1683 un grupo de devotos navarros de San Fermín decidió fundar la Real Congregación de San Fermín de los Navarros. La primera Junta General se celebró en junio de 1684. Una hermandad que veneraba en la capilla de la Iglesia del Convento de San Francisco de Paula una reliquia de su santo patrón. Durante no poco tiempo estuvieron los cofrades en la Iglesia de la Trinidad de la calle Atocha. El terreno sobre el que se levanta el actual Banco de España fue propiedad de esta Cofradía.
Su venta permitió la compra del actual solar y la construcción de un nuevo templo, en parte de la propiedad de Isabel de Borbón, en el entonces Paseo del Cisne. Los arquitectos Eugenio Jiménez Correa y Carlos Velasco Pintado se responsabilizaron de la construcción de este templo de un neto estilo exterior neomudejar madrileño con un interior gótico, impresionante crucero en planta coronado por una bóveda estrellada. En la fachada principal destacan los escudos de Navarra y de España y la hornacina con la imagen de san Fermín, de Fructuosos Orduña sobre el original de Francisco Font y Pons. El retablo mayor es obra de José Yárnoz y alberga una imagen de la Virgen del Patrocinio de Juan Pascual de Mena.
El templo, propiedad de la Congregación, está encomendado en la atención pastoral a los PP. Franciscanos. Su actual párroco es el P. Samuel Azcona, que tiene como vicarios a los PP. Antonio Ezcurra y Rafael Fernández. También colaboran los religiosos José María Alonso del Val y Pablo Redondo, que forman parte de la comunidad que atiende tanto al culto como alienta los trabajos apostólicos.
Hay que estacar que, al inicio de la crisis del Covid, el 18 de marzo, falleció el P. Pedro Irurzun, párroco durante no pocos años, padre espiritual de la Congregación, toda una institución. A la hora de definir a esta parroquia, el P. Samuel insiste en que el trabajo principal son los sacramentos. Y tiene razón, según las cifras que detalla. El año pasado se celebraron 67 bodas, algo inédito en una iglesia en Madrid, y 108 funerales. Añadimos, 82 bautismos, que no son pocos, y 159 primeras comuniones en el término de la parroquia, por obra y gracia de la formación que se ofrece en los colegios regentados por religiosos. La tradición de los navarros en Madrid es que ésta sea su iglesia de sacramentos familiares.
134.000 euros en ayudas
Durante estos meses pasados, San Fermín de los Navarros, una parroquia con no más de cinco mil feligreses, personas mayores la mayoría, con alto nivel adquisitivo, se ha volcado con la caridad. Hablando de números, se han destinado, de los fondos parroquiales, 134.000 euros en ayudas. Un grupo de empresarios navarros acudió al párroco para ofrecerle cuarenta toneladas de alimentos , que se distribuyeron en varios puntos de Madrid, y de los que una no menor parte se repartió desde la parroquia. Son 12 las familias habituales de media a las que se le ofrecen diversas ayudas, que van desde alimentos a pago de rentas básicas. Esta veta de la caridad tiene en el tiempo de Navidad una intensidad añadida, tanto por los alimentos que se recogen de la feligresía como por la fiesta de Reyes, que distribuye regalos a cerca de doscientos niños.
Joaquín Jiménez Michel, periodista de largo recorrido y secretario de la Real Congregación, que tiene ochocientos miembros, apunta que «estamos tratando de revitalizar esta tricentenaria institución de la Iglesia con incorporación de gente joven». Y eso se nota. ¡Que viva san Fermín!
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